jueves, 30 de agosto de 2018 20:05

Llegan a México miles de centroamericanos, caribeños e incluso africanos que usan esta ruta para intentar ingresar en Estados Unidos.

Se trata de la búsqueda de un mejor futuro para sus familias, pero en el intento deben asumir una serie de dificultades en un país que en sí mismo, no cuenta con ninguna política pública que genere una mayor equidad, situación que se agrava cuando los migrantes pertenecen a minorías indígenas o tienen calidad de refugiados.

La problemática migrante en México tiene más aristas de las que muchas veces saltan a la luz de la opinión pública. Y entre ellas, los miles de centroamericanos, caribeños, e incluso africanos que llegan hasta sus fronteras, camino a Estados Unidos, en busca de un supuesto futuro mejor y deben permanecer en suelo mexicano.

La realidad de estos migrantes, una vez en México, incluso cuando han sido naturalizados como refugiados, puede ser tan desfavorable como la que dejan atrás en sus países.

Entre enero de 2013 y abril de 2018, los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) detuvieron y retornaron a sus países a 625 mil migrantes centroamericanos; un promedio de 321 por día para el Gobierno de Enrique Peña Nieto. En tanto que sus connacionales viven las mismas penurias de parte del Gobierno estadounidense.

En lo que va del 2018, unos 200 migrantes han muerto al intentar cruzar caminando decenas de kilómetros para evadir los puntos de revisión de la Patrulla Fronteriza estadounidense, según documenta la iniciativa independiente Missing Migrant Project.

Mientras las autoridades de Estados Unidos, México, y América Central se ponen de acuerdo en materia migrante, las travesías de estas personas continúan pese a las vicisitudes, los peligros y la falta de políticas públicas para un trato más humanitario.

Sara Morales Gallego, Ciudad Juárez, Chihuahua.

xsh/lvs/mkh

Comentarios