• El primer ministro iraquí, Adel Abdul-Mahdi, recibe al secretario de Estado de EE.UU., Mike Pence, 7 de mayo de 2019.
Publicada: jueves, 9 de mayo de 2019 16:48
Actualizada: viernes, 10 de mayo de 2019 2:20

Una fuente gubernamental iraquí asegura que las políticas antiraníes y presiones de EE.UU. a Bagdad empujan al país árabe hacia Rusia.

En una conversación este jueves con la cadena rusa RT en árabe, un funcionario iraquí ha adelantado el plan del primer ministro del país árabe, Adel Abdul-Mahdi, de visitar en un futuro cercano a Rusia, un “fuerte” aliado internacional.

“Irak puede beneficiarse de Rusia mucho más de lo que podría beneficiarse de Estados Unidos, especialmente con respecto a la seguridad, los armamentos y la economía”, agregó la fuente, que prefirió el anonimato.

El funcionario iraquí repudió de igual modo las presiones de Washington sobre Bagdad en torno a Teherán, afirmando que las medidas coercitivas de EE.UU. contra el país persa causan inestabilidad en Irak.

“Irak está viviendo una situación de inestabilidad como resultado de las presiones que EE.UU. ejerce sobre él, sobre todo con respecto a la reciente tensión entre Washington y Teherán (…) la reciente visita del secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, a Irak, demostró que EE.UU. quiere que Irak sea parte de cualquier guerra con Irán”, indicó.

La Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, ha estado presionando a Irak para que se uniera a las sanciones que impuso contra Irán, medidas que los iraquíes rechazan.

Irak puede beneficiarse de Rusia mucho más de lo que podría beneficiarse de Estados Unidos, especialmente con respecto a la seguridad, los armamentos y la economía”, dijo una fuente gubernamental iraquí.

 

El martes, el premier iraquí defendió durante una reunión en Bagdad con Pompeo, las relaciones con Irán, señalando que su Gobierno seguirá con las cooperaciones e intercambios con su vecino.

Irak, subrayó Abdul-Mahdi, trata de velar por sus intereses manteniendo lazos con todos sus socios sin tener en cuenta las tensiones entre otros gobiernos.

Tras la caída del dictador iraquí Sadam Husein en 2003, Irán e Irak han ido estrechando cada vez más sus relaciones, pese a las advertencias de Estados Unidos. A principios de marzo, el presidente iraní, Hasan Rohani, viajó a Irak, donde resaltó el apoyo de Teherán a la lucha antiterrorista de Bagdad y destacó el “desprecio” de los países de la zona hacia EE.UU. 

En más de una ocasión, el país árabe ha rechazado las sanciones impuestas por EE.UU. contra la energía iraní, insistiendo que “no hay ninguna otra opción para Irak”, cada vez más dependiente del gas y la electricidad iraníes para afrontar los crónicos apagones.

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