Por: Hiba Morad
Julia fue asesinada por las fuerzas de ocupación israelíes mientras ayudaba a los desplazados por la guerra. En su muerte, se convirtió en una fuente de inspiración para que muchos tomaran acción y apoyaran a la comunidad durante y después de la guerra.
Julia era una estudiante brillante que, como muchos otros, buscaba un lugar seguro en medio de la reciente guerra israelí contra Líbano, la cual terminó con un alto el fuego y la derrota de la entidad sionista la semana pasada.
Fue desplazada desde la capital, Beirut, a Saida, con la esperanza de encontrar refugio con su familia. A pesar de los desafíos personales y dificultades que atravesaban, Julia y su madre se comprometieron a asistir a las familias desplazadas, preparando comidas nutritivas y brindando otro tipo de apoyo.
El 29 de septiembre, Julia hizo su última publicación en Instagram, pidiendo ayuda para los desplazados y demostrando su firme compromiso de ayudar a los demás.
Trágicamente, poco después, tanto Julia como su madre fueron asesinadas en un bombardeo en su aldea en Saida.
En su honor, los amigos de Julia —estudiantes de diversas universidades libanesas— formaron un grupo llamado ‘Amigos de Julia’, prometiendo continuar la misión de su amiga mártir de ayudar a los afectados por la guerra con renovada resistencia y determinación.
Un espíritu de generosidad y resistencia
Farah Fakih, una diseñadora gráfica freelance de 33 años del sur de Líbano, actualmente residenciada en Beirut, dijo al sitio web de Press TV que ‘Amigos de Julia’ es un colectivo de personas que ya eran amigas antes de que el régimen israelí lanzara su nueva agresión contra su país a finales de septiembre.
“El grupo activista ‘Amigos de Julia’ se formó en honor a Julia, quien era una amiga cercana de muchos en nuestra comunidad. Ella encarnaba el espíritu de generosidad y resistencia, inspirándonos a todos a tomar acción y apoyar a los necesitados,” señaló Fakih.
“Trágicamente, Julia ya no está con nosotros. Fue asesinada por las fuerzas israelíes mientras ayudaba a otros en Saida. No obstante, sus valores, valentía y compasión siguen guiando nuestros esfuerzos”, recalcó.
Comentó que la crisis humanitaria en curso en el país árabe, provocada por los bombardeos israelíes en áreas civiles, los impulsó a intervenir y apoyar a los necesitados.
“El número de personas desplazadas era asombroso, y quedó claro que el gobierno no podía manejar la situación por sí solo, así que decidimos intervenir y ofrecer nuestra ayuda,” indicó Fakih.
“A pesar de tener nuestros propios trabajos, dedicamos nuestro tiempo libre a reunir y distribuir lo esencial a los necesitados. Recaudamos fondos a través de GoFundMe, una plataforma confiable de recaudación, y recibimos donaciones de dinero, ropa, comida, pañales y otras necesidades por parte de nuestros seguidores”.
Julia, descrita por algunos de sus amigos en redes sociales como una apasionada fanática de la Juventus, un club de fútbol italiano de la Serie A con sede en Turín, era conocida por su generosidad y su afán por ayudar a los demás.
En su última publicación en redes sociales, Julia pidió ayuda para proporcionar asistencia a una familia desplazada de 18 miembros en la ciudad de Saida. Sin embargo, fue asesinada junto a 45 personas más en un edificio donde se había refugiado con su familia. Más de 70 personas resultaron heridas en el ataque.
“Tras el ataque, el mejor amigo de Julia, Samer, quien también es miembro voluntario de ‘Amigos de Julia’, recibió la noticia. Llamó al hermano de Julia, quien estaba atrapado entre los escombros junto con Julia y su madre. El hermano de Julia sobrevivió a la agresión israelí, pero sufrió heridas, mientras que su hermana y su madre fueron martirizadas,” explicó Fakih al sitio web de Press TV.
Fase postguerra: Activismo en curso
El grupo principal de ‘Amigos de Julia’ está compuesto por aproximadamente 15 miembros, la mayoría de ellos del sur de Líbano y la región de Bekaa. Siguen asistiendo a los civiles, incluidos los desplazados y aquellos que necesitan reparar sus hogares dañados.
“Aunque se ha declarado un alto el fuego, decenas de miles de viviendas han sido completamente destruidas debido al bombardeo indiscriminado por parte de Israel. Como resultado, muchas personas se ven obligadas a seguir desplazadas o a instalar tiendas sobre los escombros hasta que puedan reconstruir sus casas,” remarcó Fakih.
Un número significativo de viviendas tiene puertas y ventanas rotas, techos hundidos, paredes faltantes y escombros esparcidos por los interiores como resultado de los bombardeos que duraron más de dos meses.
Algunas unidades habitacionales podrían tomar entre cinco y seis días para ser habitables nuevamente, mientras que otras podrían necesitar meses para reparaciones, comentaron los lugareños al sitio web de Press TV.
“No detendremos lo que estamos haciendo hasta estar seguros de que todos han regresado a sus hogares y tienen acceso a todo lo que necesitan,” agregó Fakih, subrayando que este activismo se mantendrá.
Desafiando la sombra del peligro
Sobre si temían ser blanco de ataques por parte de Israel antes de que se declarara el alto el fuego, Fakih comentó que la dura realidad es que todos los libaneses, sin importar su edad o género, son “objetivos potenciales”.
“¿Tenemos miedo de ser atacados por Israel? No. La verdad es que todos somos objetivos. Para Israel, no hay zonas seguras en Líbano, no hay casas, calles, lugares de trabajo ni escuelas que se salven”, apuntó.
La activista puso de manifiesto que, durante la guerra israelí contra Líbano, que duró casi 70 días y cobró más de 4000 vidas inocentes, todos vivieron bajo la constante sombra del peligro.
“Eso solo fortaleció nuestro compromiso de mantenernos unidos, ayudar a quienes más nos necesitan y demostrar que la solidaridad y la humanidad pueden prosperar incluso frente a adversidades inimaginables,” resaltó.
Los aviones de guerra israelíes atacaron y destruyeron edificios en todo el país, incluida la capital Beirut, lo que resultó en la muerte y lesiones de miles de civiles libaneses.
Fomentando un sentido de comunidad y empoderamiento
Otros voluntarios también han seguido el ejemplo de los amigos de Julia, con el objetivo de apoyar a sus comunidades y a sus hermanos y hermanas desplazados libaneses.
Estos grupos están trabajando activamente para asegurar que las personas que necesitan tiempo para regresar a sus hogares o que están en proceso de reparar sus viviendas tengan los recursos esenciales en medio de las duras condiciones.
Farah Atwi relató a Press TV que se han establecido un total de nueve instalaciones de cocina en la capital Beirut, en las regiones de Trípoli y Akkar, para servir a más de ocho mil personas desplazadas.
Aunque algunas de estas personas han regresado a sus pueblos, muchas otras siguen varadas hasta que se resuelvan sus problemas de residencia.
“Ante los desafíos que enfrenta Líbano, creo que mi rol va más allá de ser simplemente la voz del pueblo, aunque eso sin duda es importante,” adujo Atwi, una periodista y diseñadora de moda.
“Cuando comenzó la agresión israelí contra Líbano, todos sentimos una profunda responsabilidad de asistir a los necesitados, particularmente a aquellos que fueron obligados a huir de sus hogares y no tenían dónde quedarse; algunos de ellos se vieron obligados a dormir en las calles”, precisó.
Atwi comentó que muchos de los desplazados se ofrecieron como voluntarios para trabajar en las cocinas improvisadas. Recibieron formación intensiva en un corto período y mostraron un entusiasmo notable para ayudar, a pesar de las difíciles circunstancias y los problemas personales que enfrentaban.
“Así es como fomentamos un sentido de comunidad y empoderamiento durante momentos difíciles como estos,” dijo a Press TV.
Estas cocinas siguen operando, sirviendo a la comunidad hasta que la última persona regrese a su hogar de manera segura, anotó Atwi, agregando que estas cocinas se convertirán en parte de una gran fundación dedicada al servicio comunitario, proporcionando asistencia durante todo el año, no solo en tiempos de crisis.
Una alcancía y una comunidad de resistencia
Incluso en los pequeños pueblos del valle de Bekaa, ha sido evidente en las últimas semanas un fuerte espíritu de comunidad dedicado a cuidar de los demás y ayudar a los necesitados.
En uno de los pequeños pueblos del valle de Bekaa, Husein Yasin, un farmacéutico, indicó a Press TV que su principal preocupación era asistir a los aproximadamente dos mil residentes que permanecieron en el pueblo durante la guerra y se negaron a irse.
Con la ayuda de otros voluntarios del pueblo y las contribuciones de expatriados que donaron fondos para comprar comida y otros elementos esenciales, lograron establecer una línea de apoyo y un sistema para asegurar que se cubrieran las necesidades esenciales de aquellos que permanecieron bajo el fuego israelí, afirmó Yasin.
“Al principio, usaba mi propio dinero para proporcionar pan, queso, té y verduras a la gente. Luego, mi hijo contribuyó con su alcancía, expresando su deseo de apoyar a nuestra comunidad. La actividad se expandió rápidamente con el apoyo de la gente”, comentó Yasin a Press TV.
Yasin llevó a sus hijos, esposa y padres a un lugar seguro antes de regresar a apoyar a la gente de su pueblo. Aunque la guerra ha terminado, Yasin y los voluntarios siguen ayudando a la comunidad.
Según el farmacéutico, “Cada grano de arena en esta tierra vale la pena luchar por él”.
Yasin detalló que todas las necesidades esenciales están siendo cubiertas, incluyendo medicamentos, y han sido colocadas en un lugar accesible para todos, describiéndolo como “un sentido de responsabilidad, empatía y unidad”.
“Seguiremos activos y continuaremos apoyando a nuestra comunidad hasta que todos se hayan recuperado. Esa es la esencia de la Resistencia: somos una comunidad de cuidado, amor y resiliencia frente a las bombas, la muerte, la brutalidad israelí y la destrucción”, declaró al sitio web de Press TV.
Texto recogido de un artículo publicado en Press TV.