En una conversación telefónica efectuada el martes con su homólogo chino, Wang Yi, el ministro de Exteriores de Irán, Hosein Amir Abdolahian, abordó temas internacionales y regionales y de interés de ambos países y, en este contexto, destacó que Teherán otorga especial importancia a preservar y cimentar las relaciones bilaterales con Pekín en todos los aspectos, por lo que esto constituye una de las prioridades de la política exterior del Gobierno del presidente Ebrahim Raisi, afirmó.
El máximo diplomático del país persa valoró como “constructivo” el papel de China, uno de los firmantes del acuerdo nuclear de 2015, en las conversaciones en curso en Viena (capital austriaca) y afirmó que Irán está listo para retomar los diálogos lo antes posible y discutir los últimos asuntos restantes.
“Si la parte estadounidense es realista, finalizaremos un acuerdo bueno, sólido y sostenible con el apoyo de todas las partes negociadoras en Viena”, enfatizó Amir Abdolahian.
Wang, por su parte, señaló que China comprende las preocupaciones razonables de Irán sobre el tema nuclear y apoya los esfuerzos para defender sus derechos e intereses legítimos. Asimismo, recalcó que Pekín se opone a las sanciones unilaterales que no tienen base en el derecho internacional.
El canciller chino reafirmó la ayuda del gigante asiático para llegar a un acuerdo en Viena y su apoyo a cualquier esfuerzo que conduzca a alcanzar este objetivo.
Desde abril del año pasado, se han celebrado varias rondas de conversaciones en Viena entre Irán, el Reino Unido, Francia, China, Rusia, y Alemania, con el objetivo de reactivar el acuerdo nuclear, de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), del que salió Estados Unidos en mayo de 2018. El país norteamericano participa en las pláticas de manera indirecta, ya que desde su retirada unilateral del acuerdo ya no es un miembro vigente del pacto.
De momento, los negociadores han regresado a sus capitales para realizar las consultas finales. Irán sigue insistiendo en que su principal objetivo es la eliminación total y efectiva de las sanciones reimpuestas por EE.UU. en su contra.
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