En una entrevista concedida el jueves a la cadena NBC News, Biden afirmó que en cuanto pisara la Casa Blanca enviaría “un proyecto de ley de reforma migratoria legislativa al Congreso para proporcionar una hoja de ruta hacia la ciudadanía para 11 millones de inmigrantes indocumentados que contribuyeron tanto” al crecimiento de Estados Unidos.
Dentro de sus políticas de inmigración, el demócrata adelantó que planea modernizar el sistema de inmigración manteniendo la unificación familiar y la diversidad como pilares del sistema de migración estadounidense con el objetivo de poner fin a la política migratoria “cruel e inhumana” de la actual Administración en ejercicio de Donald Trump, que promovió durante sus cuatro años de mandato la separación de los menores de sus progenitores en la frontera mexicana.
Dicho esto, Biden dejó claro que sus políticas migratorias se basan en aras de respetar la dignidad de las personas que por diversas razones abandonan sus países de origen en busca de unas mejores condiciones de vida y oportunidades en otras tierras ajenas a su cultura.
En otra parte de la entrevista, Biden sostuvo que al llegar a la Casa Blanca entre sus primeros objetivos está tomar medidas inmediatas para proteger a los Dreamers (soñadores) —inmigrantes indocumentados que llegaron a EE.UU. de niños junto a sus padres— de la deportación, así como restablecer la admisión de refugiados.
En septiembre de 2017, nueve meses después de asumir la Presidencia de EE.UU., Trump derogó el decreto de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), creado en 2012 por su antecesor Barack Obama y que otorgaba estatuto legal temporal a unos 800 000 jóvenes indocumentados, la mayoría latinoamericanos.
Tras prometer que todas estas medidas migratorias las pondría en marcha en sus primeros 100 días del mandato, Biden anticipó que frenará también el plan de construir el muro fronterizo con México que el mandatario saliente ordenó su construcción y agregó que piensa utilizar los fondos asignados a tal proyecto para mejorar la infraestructura del control fronterizo.
Desde su llegada a la Casa Blanca en enero de 2017, Trump ha hecho lo imposible para conseguir los fondos necesarios para levantar una barrera física fronteriza entre EE.UU. y México so pretexto de resolver el tráfico de drogas y la migración desde el país vecino.
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