Rusia persigue una nueva estrategia, que se refleja en el fortalecimiento de las capacidades militares de sus aliados, en particular, de los que poseen recursos energéticos, como gas y petróleo, según un artículo publicado el sábado por el diario Al-Quds Al-Arabi, con sede en Londres, capital del Reino Unido.
De acuerdo con la nota, Moscú ha logrado convertir a Venezuela en un “poder militar real” en América Latina, región donde el país bolivariano ya cuenta con la Fuerza Aérea más importante.
Citando un análisis elaborado últimamente por el portal Military Watch, el texto precisa que Caracas cuenta con decenas de cazas Sujoi Su-30 rusos y dos escuadrones F-16 estadounidenses, si bien está reduciendo su independencia de este último.
Conforme a Military Watch, el país sudamericano ya posee un arsenal antiaéreo y de misiles compuesto por sistemas Buk-M2 y S-300, con un alcance de 250 kilómetros, y de momento persigue adquirir el avanzado sistema de defensa antiaérea ruso S-400.
Asimismo, señala que, si Venezuela consigue poseer el S-400 ruso, dará un gran salto en el campo militar y llegará a tener una elevada capacidad disuasoria ante EE.UU.
La Administración del expresidente estadounidense Donald Trump planteó, durante su mandato, la opción militar para confrontar a Venezuela, en el marco de sus presiones para facilitar un cambio de gobierno en el país caribeño.
No obstante, varios expertos mencionados por Al-Quds Al-Arabi, han recalcado que Washington no encontrará fácil emprender una campaña militar contra Venezuela, pues se enfrentaría a una “guerra feroz”, en la que Caracas contaría con un fuerte apoyo de parte de Rusia y China.
Entretanto, prosigue el artículo, Moscú persigue dos objetivos a la hora de apoyar a Caracas en el campo armamentístico: primero, el país eurasiático busca garantizar la superioridad de Venezuela respecto a sus vecinos, como Colombia y Brasil, de forma que estos dos Estados adversarios no puedan participar en ninguna invasión militar en el país bolivariano.
Además, Rusia busca fortalecer el sistema gobernante en Venezuela, a fin de garantizar que los recursos naturales del país, especialmente el petróleo, “terminen en manos de un aliado de Rusia y China y no estén en la órbita de EE.UU.”, sobre todo porque Venezuela cuenta con las mayores reservas petroleras.
De acuerdo con la nota, la misma estrategia aplicó Rusia en lo tocante a Argelia tras el estallido de los levantamientos populares en algunos países árabes.
De hecho, Moscú creía que Argelia podría convertirse en la segunda potencia en el Magreb tras la caída del régimen del exdictador libio Muamar Gadafi en 2011.
Como parte de una medida preventiva, Rusia proporcionó armas muy avanzadas a las fuerzas de Argelia, incluido el sistema de defensa aérea S-400, para evitar que aviones de combate se acercaran al espacio aéreo argelino.
Todo esto se enmarca en la doctrina militar que reveló el presidente ruso, Vladimir Putin, el 26 de octubre de 2014. Entre otras particularidades de dicha doctrina, figura defender a los países aliados de Moscú y suministrarles armas avanzadas, se lee en el texto.
La nota concluye que, en los casos concretos de Venezuela y Argelia, Rusia busca controlar los precios en el mercado internacional del petróleo y no dar libertad a países como EE.UU. y Arabia Saudí para manipularlos.
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