La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, criticó el jueves a Estados Unidos por llevar el tema de Hong Kong al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU). Se trata de un “ajuste de cuentas” con China, denunció.
“Tales acciones socavan la soberanía de China, son una violación flagrante de las normas básicas del derecho internacional estipuladas en la Carta de las Naciones Unidas”, sostuvo Zajárova.
La diplomática rusa subrayó que el tema de Hong Kong es un asunto interno de China, por lo que ningún país tiene derecho a entrometerse en ello.
Hong Kong, una excolonia británica, cuyo control volvió en manos de China en 1997, ha vuelto a convertirse en un nuevo frente en las fuertes tensiones entre EE.UU. y el gigante asiático.
EE.UU. y el Reino Unido solicitaron una reunión del CSNU para discutir la situación en Hong Kong luego de que el Parlamento chino aprobara el 28 de mayo la Ley de Seguridad Nacional para la región semiautónoma.
Pekín rechazó la reunión del organismo internacional asegurando que no permitirá que EE.UU., “secuestre” el Consejo de Seguridad e interfiera en asuntos de Hong Kong. “El CSNU no es una herramienta que EE.UU. pueda manipular a su antojo”, dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Zhao Lijian.
Indignado con China, EE.UU., le quitó a Hong Kong su estatus especial económico, para tratarlo igual que al resto de China en materia de extradiciones, comercio, viajes y aduanas.
El Reino Unido también advirtió que ofrecería visados a millones de ciudadanos de Hong Kong y una posible vía para obtener la nacionalidad británica, si China continúa con la implementación de su Ley de Seguridad Nacional para la excolonia británica.
Pekín rechaza que la Ley de Seguridad Nacional socave la soberanía de Hong Kong. Explica que la legislación da derecho a impedir, detener y reprimir toda acción que amenace la seguridad de China, desde actividades secesionistas y subversivas, hasta injerencias extranjeras en los asuntos del gigante asiático y los actos de terrorismo.
El gigante asiático ha denunciado una y otra vez la injerencia de EE.UU. y el Reino Unido en los asuntos internos de China y los intentos de estos dos de socavar su soberanía en lo que respecta a Hong Kong.
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