“Rechazamos categóricamente la práctica de presión sobre los Estados soberanos, tanto como principio como en este caso concreto, contra políticos de la República Bolivariana de Venezuela”, señaló el martes el jefe del Departamento de América Latina de la Cancillería rusa, Alexander Schetinin.
El martes, el Departamento del Tesoro estadounidense aplicó nueva tanda de sanciones contra varios funcionarios venezolanos, incluidos la excanciller y actual vicepresidenta, Delcy Rodríguez, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López. Estableció, asimismo, embargos contra Celia Flores, esposa del presidente de Venezuela.
En declaraciones ante medios de comunicación locales, el alto funcionario ruso catalogó de “destructivas” las sanciones de Washington, pues según resaltó tales medidas punitivas solo empeoran la situación en el país sudamericano, que ya está afrontando grandes desafíos.
La política de presiones de la Administración estadounidense contra Caracas tiene como fin desestabilizar al país bolivariano, hecho que constituye una amenaza tanto para la democracia de Venezuela como para toda América Latina, advirtió Schetinin.
Rechazamos categóricamente la práctica de presión sobre los Estados soberanos, tanto como principio como en este caso concreto, contra políticos de la República Bolivariana de Venezuela”, señaló el jefe del Departamento de América Latina de la Cancillería rusa, Alexander Schetinin.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en un discurso dado el martes durante el 73.º periodo de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas (AGNU), volvió a arremeter contra el Gobierno chavista de Maduro, al que tachó de un “régimen represivo”.
El inquilino de la Casa Blanca dijo, una vez más, a los periodistas que su Administración aun mantiene sobre la mesa la opción militar contra el Gobierno de Caracas, mientras señalaba que un golpe militar en Venezuela podría triunfar “rápidamente” si las Fuerzas Armadas del país se decidieran a organizarlo.
Mientras Trump lamenta la situación en Venezuela, el Gobierno de Maduro ha denunciado en varias ocasiones que Washington ha activado una guerra económica, a través del desabastecimiento, la especulación y el acaparamiento, entre otras medidas, con el objetivo de desestabilizar el país y facilitar un golpe de Estado.
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