A pesar de que el Parlamento votara en contra en 2013 y que un informe elaborado por la Cámara con mayoría conservadora recomendara no intervenir, y sin tener el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el primer ministro del Reino Unido está empeñado en bombardear objetivos del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en Siria.
Aprovechando los atentados de París, Cameron tratará de convencer a los parlamentarios indecisos de su partido para alcanzar la mayoría en el Parlamento británico.
Tras la matanza de París del pasado viernes, Cameron sigue sin contar con el apoyo mayoritario del Parlamento, ni siquiera dentro de sus propias filas.
Jeremy Corbyn, el líder de la oposición, defiende una solución política para Siria, y ha anunciado que impondrá una disciplina de partido para que los parlamentarios laboristas voten en contra.
Con liberales demócratas y escoceses también en contra, el resultado de la votación estará en manos de aquellos miembros rebeldes del Partido Conservador.
Habiendo aprobado ya más recursos para agencias de Inteligencia y la contratación de 1900 espías, Cameron pretende ahora que el Reino Unido amplíe sus bombardeos desde Irak hasta posiciones de Daesh en la ciudad Siria de Al-Raqa, uniendo así sus fuerzas a las de Estados Unidos y Francia.
En la calle, una reciente encuesta muestra creciente apoyo a bombardear Siria. Grupos a favor y en contra reafirman sus mensajes en vísperas de una votación aún sin fecha.
Cameron esperará a tener asegurada la mayoría antes de convocar el Parlamento para votar. Los actos de Daesh durante las próximas semanas podrían propiciar el voto necesario al premier británico para iniciar los bombardeos.
Ian Díez, Londres.
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