La propuesta proisraelí del mandatario estadounidense es vista por muchos actores internacionales como un peligroso factor de desestabilización para la región de Asia Occidental.
Durante su encuentro con el primer ministro del régimen sionista, Benjamín Netanyahu, en la Casa Blanca, el mandatario estadounidense reiteró la propuesta de que su país asuma una posición de propiedad sobre Gaza, al costo del desplazamiento forzado de sus habitantes a otros países.
Un plan que resulta ilegal, inmoral e irresponsable, a juicio de Francesca Albanese, relatora especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en los Territorios Palestinos.
Durante la reunión con Netanyahu, Trump repitió su postura ya expresada de que los palestinos no deben regresar a Gaza.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, destacado por sus duras críticas contra el genocidio israelí en Gaza, ha subrayado que las decisiones sobre el futuro de la Franja corresponden solamente al pueblo palestino.
En sentido general, los planes de Trump para la Franja de Gaza han hecho sonar las alarmas de la comunidad internacional. Tanto aliados como rivales de Estados Unidos, ven en la propuesta del mandatario estadounidense un peligro para la frágil y dudosa tregua lograda en la Franja, tras más de 15 meses de guerra genocida israelí, además de un factor desestabilizador en la región de Asia Occidental.
Peligrosas intenciones de Washington y Tel Aviv, que chocan con el consenso internacional en torno a la causa palestina, y también con la voluntad irrevocable de los palestinos de permanecer en su tierra, a pesar de los horrores de la guerra y la ocupación.
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