• Fuerzas iraníes patrullan el estrecho de Ormuz en el Día Nacional del Golfo Pérsico, 30 de abril de 2019. (Foto: AFP)
Publicada: viernes, 2 de agosto de 2019 14:07
Actualizada: sábado, 3 de agosto de 2019 19:03

La inacción de la Administración de EE.UU., presidida por Donald Trump, envía “un mensaje inequívoco” de que “ahora Irán es el dueño del Golfo Pérsico”.

Por mucho tiempo, el mundo había aceptado como “una realidad” que EE.UU. y sus aliados, empleando su “magnífica fuerza”, intervendrían, si un país detendría una embarcación en el estrecho de Ormuz, ubicado entre el Golfo Pérsico y el golfo de Omán, tal aseveración, no obstante, se ha convertido hoy en día en una “ficción”, se lee en un artículo publicado el jueves por Foreign Policy.

EE.UU., según la publicación, ha gastado enormes cantidades de dinero en el Oriente Medio y en la región del Golfo Pérsico para “encargarse de realizar ciertas tareas, sin embargo, Trump, al parecer, no cree en tal estrategia.

El portal estadounidense recuerda que el mandatario había dejado en claro que no tiene que proteger el estrecho de Ormuz, paso que usan otros países para transportar el petróleo.

“China obtiene el 91 % de su petróleo por el estrecho, Japón el 62 % y muchos otros países también. ¿Por qué estamos protegiendo a los barcos de otros países? (durante muchos años) por nada a cambio. Todos estos países deberían estar protegiendo sus propios barcos”, reclamó Trump en un tuit el pasado junio.

No solo el tuit del presidente, sino la inacción de Washington ante Irán, muestran que “EE.UU. está abandonando el Golfo Pérsico, no este año ni el próximo, de lo que no hay dudas es de que EE.UU. está saliendo (…) Quien aún cree que EE.UU. va a implicarse directamente con Irán debe leer nuevamente el tuit de Trump (…) Ahora Irán es el dueño del Golfo Pérsico”, se lee en el artículo.

EE.UU. está abandonando el Golfo Pérsico, no este año ni el próximo, de lo que no hay dudas es de que EE.UU. está saliendo (…) Ahora Irán es el dueño del Golfo Pérsico”, se lee en un artículo publicado por Foreign Policy.

Coalición propuesta por EE.UU. no funcionará

Pese a la presencia de personal y buques estadounidenses en el Golfo Pérsico, las autoridades en Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Catar, Baréin y Omán “son bien conscientes de lo que está pasando” y “están preocupados” por el compromiso de Washington con la provisión de su seguridad, resalta el informe.

La propuesta de EE.UU. de formar una fuerza naval occidental para supuestamente suministrar la seguridad de la zona tampoco funcionará, adelanta Foreign Policy. Distintos analistas coinciden en que el plan estadounidense solo contará con el apoyo de “un psicótico de su calaña, como es Israel y algunos otros más”.

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Tal preocupación, añade la publicación, también ha acercado a los pequeños países ribereños del Golfo Pérsico a China, Rusia, Turquía e Irán. En tal sentido, recuerda que comandantes de las unidades fronterizas de Irán recibieron el martes a una delegación de la Guardia Costera emiratí, en Teherán, capital persa, para abordar, tras una pausa de seis años, la situación actual y la seguridad de la zona.

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EE.UU. y sus aliados no actuaron por el Stena Impero porque no consideraron “una amenaza” a Irán

Sobre la retención del buque cisterna británico Stena Impero en Irán “por no haber respetado el código marítimo internacional” mientras atravesaba el estrecho de Ormuz, la publicación consideró que se trataba de “una respuesta directa de Irán” a la captura del buque cisterna Grace 1, cargado con crudo iraní, que se produjo el pasado 4 de julio por la Marina Real británica en las aguas españolas del estrecho de Gibraltar.

Si EE.UU. y sus aliados consideraran a Irán “como una amenaza a la libre navegación”, darían “una rotunda respuesta” a la retención de Stena Impero, pero no lo hicieron y se limitaron a amenazar en comunicados con “duras consecuencias” por lo ocurrido, indica el artículo.

 

Golfo Pérsico, nuevo espacio de conflicto para EE.UU. y sus aliados

Trump anunció en mayo de 2018, la retirada del país del pacto nuclear alcanzado por Teherán y el Grupo 5+1 entonces integrado por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania, e impuso varias rondas de sanciones contra el país persa, incluidas las petrolíferas, ante la inacción total de los firmantes europeos del acuerdo sobre el programa nuclear iraní.

Las autoridades persas, no obstante, han asegurado que Teherán seguirá vendiendo su crudo, pese a las sanciones, y utilizando el estrecho de Ormuz como paso de tránsito seguro, aunque le pese a EE.UU. De igual modo, han hecho hincapié en que el país seguirá proveyendo la seguiridad del Golfo Pérsico y “hará lo necesario” en caso de que alguien traspase sus líneas rojas.

De hecho, los intentos de Washington para reducir a cero las exportaciones petrolíferas de Irán le ha llevado a intensificar su retórica bélica, creando incidentes y situaciones para poder demonizar a Teherán y justificar las presiones que ejerce en su contra.

La razón del polvorín de hostilidades podría estar en que EE.UU. busca una nueva aventura militar para demostrar que aún sigue siendo el líder del mundo, un anhelo que parece poco probable por la existencia de potencias emergentes como Rusia, China y la propia República Islámica de Irán.

Distintos analistas coinciden en que Teherán no puede esperar mucho de Europa ante las agresiones de EE.UU., dado que, “como mucho, pondrá en un mismo nivel al agresor y al agredido”, pero sí puede esperar algo más de otras potencias como Pekín y Moscú, que han expresado un apoyo a Irán y también son blanco de las medidas coercitivas de Washington.

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