Desde el jueves miles de personas de otras ciudades iraquíes se dirigían a Bagdad, la capital iraquí, para participar en las protestas contra la presencia militar de EE.UU.
El área Al-Yaderia es la ruta establecida para el inicio de las manifestaciones. Se espera que esta protesta se convierta en una marcha millonaria y sin precedentes en Irak.
Los ciudadanos, mientras sostienen las banderas iraquíes y las banderas de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), expresan su rechazo a la ocupación norteamericana en el país árabe y gritan consignas en contra de Estados Unidos.
“La gente ha comprendido el hecho de que se están deshaciendo del torbellino político que Estados Unidos ha creado en Irak, así como de aquellos, en el interior, que son herramientas estadounidenses”, ha aseverado este viernes un manifestante.
Hoy, ha proseguido, todos los iraquíes están preocupados por su patria, a pesar de que algunos “corruptos” se muestran contrarios a la salida de Estados Unidos debido a “sus propios beneficios personales”.
El 5 de enero, el Parlamento iraquí aprobó una resolución en la que pide a Bagdad expulsar a las fuerzas militares de Estados Unidos y lo obliga a hacer público cualquier acuerdo sobre la presencia de fuerzas extranjeras en el país árabe.
Los legisladores iraquíes adoptaron esta medida después de la agresión militar por parte de Washington que acabó con la vida del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, y el subcomandante de Al-Hashad Al-Shabi, Abu Mahdi al-Muhandis, entre otros compañeros.
Sin embargo, la Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, intenta sortear la decisión de los diputados iraquíes, sobre la expulsión de sus tropas, reduciendo el números de ellas.
nsr/ktg/nlr/rba