lunes, 8 de abril de 2013 21:11

Con más de 500 millones de consumidores, el mercado de la energía europeo es el mercado regional más grande, pero al mismo tiempo también es el mayor importador de energía del mundo, lo que no es un buen negocio para el viejo continente.

Y es que más de la mitad del parque energético europeo depende de los recursos del exterior. Esta circunstancia deja a los usuarios europeos a merced de un sinfín de riesgos difícilmente controlables: la instrumentalización de la política energética, la inestabilidad sociopolítica de determinadas regiones productoras y su incidencia en el suministro y en la fluctuación de los precios, así como consecuencias medioambientales y de rentabilidad económica, son algunos de ellos. En esta edición del programa ¨El Color del Dinero¨, analizaremos la debilidad de la posición europea en el negocio internacional del suministro energético, los problemas que traerá en el futuro y sus vías de solución. 

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