Tras la caída del presidente sirio, Bashar al-Asad, el 8 de diciembre pasado, y la consecuente toma del poder por el grupo armado Hayat Tahrir al-Sham (HTS), el régimen de Israel intensificó su agresión contra el país levantino.
En este contexto, las fuerzas de ocupación han comenzado a destruir las tierras agrícolas ricas en árboles frutales, especialmente olivos, en Al-Quneitra y de Daraa en en el suroeste de Siria.
Israel estableció puestos militares en más de 12 aldeas y pueblos de Al-Quneitra y tres ciudades y pueblos en las afueras del suroeste de Daraa, lo que dio lugar a la nivelación de tierras y la tala de árboles frutales pertenecientes a los residentes de esas aldeas.
También, están fortaleciendo sus puntos militares en los bordes de la presa de Al-Mantara en la zona de Umm al-Azm.
El sitio web Al-Arabi Al-Yadid, citando a Omar Al-Muhasna, un ciudadano sirio de una de las aldeas fronterizas, reportó el impacto de esta incursión en los agricultores y apicultores, a los que la presencia de las patrullas de ocupación les ha impedido llevar a cabo sus actividades agrícolas habituales.
Subrayó que más del 90 por ciento de la población de Quneitra y Daraa depende de la agricultura como su principal fuente de sustento, ya que estas zonas constituyen una gran canasta de alimentos para Siria.
Al-Mahasneh señaló que el 70 % de las tierras de Quneitra y Daraa están destinadas al cultivo de cereales básicos. Sin embargo, los agricultores enfrentan grandes desafíos.
El régimen de Israel sigue realizando avances territoriales en Siria, en paralelo con la campaña de bombardeos que lanza a las posiciones militares del país árabe.
Esto ocurre mientras el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, previamente dijo que su régimen no interferirá en los asuntos internos de Siria.
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