Liderados por las fuerzas de élite de la Guardia Republicana Siria, y la 4.ª División del Ejército del país, los militares han lanzado este jueves “fuertes ataques” contra las posiciones del llamado Partido Islámico de Turkestán (TIP, por sus siglas en inglés), grupo vinculado a Al-Qaeda que opera en Siria y Asia Central.
Las posiciones terroristas de TIP fueron aplastadas en las ciudades de Kabani y Sirmaniyeh, ubicadas en el noreste de la provincia de Latakia (oeste), según recoge el diario digital Al-Masdar News.
Otros terroristas, que se habían refugiado en las adyacentes regiones del Monte Zawiya y la llanura de Ghab, también han sido atacados por las fuerzas sirias, añade la fuente.
El llamado Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), a su vez, ha informado la misma jornada del jueves de choques entre el Ejército sirio y las fracciones armadas, apoyadas por Turquía, en la ciudad siria de Al-Raqa (norte).
Activistas del ente opositor, con sede en el Reino Unido, han reportado que los enfrentamientos desatados entre las fuerzas sirias y las milicias proturcas han dejado bajas, aún no determinadas.
La crisis en Siria, iniciada en marzo de 2011, se está convirtiendo en una de las más duraderas a raíz del apoyo multilateral que les brindan ciertos países regionales y occidentales a las bandas terroristas. Distintos países, con EE.UU. a la cabeza, se están aprovechando de la situación caótica para robar el petróleo sirio, valiéndose de la excusa de la lucha antiterrorista.
No obstante, pese a todos los complots, el Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad, confiando en su propio pueblo y el apoyo de sus aliados, está recuperando cada vez más tierras de los ultraviolentos. Las autoridades sirias y rusas coinciden en que la expulsión de los terroristas del país árabe es solo cuestión de tiempo.
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