Según ha informado este lunes el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), los combates comenzaron la noche del domingo con una operación del Ejército sirio cerca de la ciudad estratégica de Saraqib, en Idlib (noroeste de Siria), la cual acabó con la vida de al menos 4 soldados turcos que estaban desplegados en la región.
De acuerdo con el informe ofrecido por el OSDH, grupo de vigilancia de la guerra, con sede en Londres (la capital británica), el incidente tuvo lugar horas después de que un convoy militar turco de al menos 240 vehículos ingresara al noroeste de Siria.
Más tarde, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha alegado que las fuerzas turcas han lanzado varios ataques de represalia contra el Ejército sirio, abatiendo entre 30-35 militares sirios en Idlib. Esto mientras las fuentes oficiales sirias han negado estas informaciones.
El enfrentamiento directo entre las fuerzas sirias y turcas, sin embargo, puede involucrar a Rusia en esta escalada militar, ya que pone en peligro todos los pactos firmados entre Erdogan y su par ruso, Vladimir Putin sobre el país árabe.
Esta posibilidad surge aún más cuando el mandatario turco ha subido el tono contra Moscú, denunciando que debido a la postura de Rusia, que apoya a Damasco, la situación en Idlib se ha vuelto cada vez más “insoportable”.
“Nosotros hemos sido pacientes. Debido a los ataques del régimen sirio, ante los cuales Rusia hizo la vista gorda”, ha afirmado este lunes Erdogan en una rueda de prensa junto a su homólogo ucraniano, Vladímir Zelenski, para después llamar a Rusia a “no poner trabas” a las represalias turcas en Siria.
Algunos analistas, no obstante, resaltan que las declaraciones de Erdogan sobre la paciencia turca cuestionan de un modo el pleno respaldo de las autoridades rusas a las operaciones sirias en Idlib y elevan las posibilidades de una colisión directa con Rusia.
Rusia y Turquía acordaron en septiembre de 2018 crear en Idlib una zona desmilitarizada de 20 kilómetros entre el Ejército sirio y los grupos armados, pero las bandas extremistas, apoyadas por Ankara, siguen fortaleciendo sus posiciones y actualmente vuelven a desplegar en la provincia armas pesadas y dispositivos bélicos que retiraron en aplicación del acuerdo.
En respuesta a la actual situación, el Ejército sirio, con respaldo de la las fuerzas rusas, ha intensificado sus bombardeos contra posiciones y cuarteles de las agrupaciones terroristas en Idlib para acabar definitivamente con la presencia de los extremistas en esta estratégica provincia.
Tanto el Gobierno de Damasco, presidido por Bashar al-Asad, como Rusia, país que apoya la lucha antiterrorista de Damasco, consideran prioritaria la eliminación de todos los focos terroristas para reinstaurar la paz en Siria.
Siria ha condenado “la flagrante violación” de Turquía contra su soberanía y considera que las fuerzas turcas están supliendo a los terroristas cuya presencia está llegando a su fin como resultado de las victoriosas ofensivas del Ejército sirio.
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