Según informan varias fuentes sirias, los grupos armados, liderados por la alianza terrorista Hayat Tahrir Al-Sham (HTS), encabezada por el Frente Al-Nusra (autoproclamado Frente Fath Al-Sham) y vinculada a Al-Qaeda, lanzaron una ofensiva a gran escala para retomar las zonas liberadas en los últimos días por el Ejército sirio en la provincia de Hama (noroeste), pero no consiguieron su objetivo y se vieron obligados a retirarse.
La página web Al-Masdar News, citando fuentes militares sirias, indica que, pese a los intensos ataques terroristas, el Ejército sirio, con el apoyo aéreo activo de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia, repelieron los ataques y provocaron gran número de pérdidas en las filas de HTS, particularmente en las ofensivas cerca de la localidad de Kafr Nabudeh, zona de importancia estratégica.
Una fuente del Ejército sirio asegura que, una vez derrotados los grupos armados, las fuerzas sirias se preparan para lanzar una nueva ofensiva contra la localidad de Al Habit a fin de posibilitar la liberación de la ciudad de Jan Sheijun y cercar a los terroristas en las zonas en el extremo norteño de la provincia de Hama.
Desde el lunes, las fuerzas sirias llevan a cabo una amplia operación contra los terroristas en Hama e Idlib, cuyo principal objetivo, según las fuentes, es expulsar a los terroristas de la zona desmilitarizada coordinada entre Irán, Turquía y Rusia, pues Damasco y Moscú están cansados de las múltiples y continuas violaciones al régimen de alto el fuego por parte de dichos grupos.
A falta de una declaración oficial del Gobierno sirio, algunos analistas y expertos especulan que dicha ofensiva no se limitará a la zona desmilitarizada, que, en realidad, se trata de la primera fase de la operación para retomar Idlib y erradicar del todo a los grupos armados del suelo sirio.
Aparte de ciertas zonas en el norte y noreste de Siria ocupadas por las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) —principales aliados de EE.UU. en suelo sirio—, Idlib es la última zona bajo el control de facciones hostiles al Gobierno de Damasco y el último bastión de los “rebeldes moderados” sirios.
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