“Por mucho que [Occidente] quiera aislar a Rusia, es imposible hacerlo, […] basta con mirar el mapa”, ha aseverado este miércoles el mandatario ruso durante el VII Foro Económico Oriental, que se celebra en la ciudad rusa de Vladivostok, en el Lejano Oriente ruso.
Putin se ha referido a “la fiebre sancionadora de Occidente” —que enfrenta Rusia en particular tras el inicio de su operación en Ucrania— como el nuevo desafío que amenaza al mundo entero.
Para el mandatario ruso, lo que el Occidente trata de hacer es subordinar a otras naciones a su propia voluntad, imponerles sus patrones de comportamiento y “privarlos de su soberanía”.
En tal sentido, ha puesto de relieve que, ante la negativa a obedecer el “dictado y arbitrariedad” de los países occidentales, estos han tomado decisiones que “arriesgan” la seguridad y economía del mundo.
Desde el inicio de la operación militar rusa en Ucrania, el 24 de febrero, la UE y sus aliados occidentales han impuesto una ola de medidas restrictivas contra el país euroasiático, incluida la congelación de los activos del Banco Central ruso y el anuncio de sanciones contra Putin y otras autoridades.
Sin embargo, pese a la crisis energética que enfrenta Europa por congelar sus lazos con Rusia, el Occidente ha optado por poner un precio límite a las exportaciones de petróleo ruso en momentos de alta tensión con Rusia.
Putin ha tachado la medida de “absurda y una tontería” en sus declaraciones de este miércoles, “pues conducirá a un mayor crecimiento [de los precios] en los mercados mundiales, incluyendo en Europa”.
De igual modo, ha negado que su país use la energía como un “arma” contra Europa, días después de que se interrumpiera el suministro de gas ruso a través del gasoducto Nord Stream1, debido a una serie de problemas técnicos detectados.
De hecho, para Moscú, la crisis energética la ha desencadenado el Occidente al imponer las sanciones más severas en la historia moderna a Rusia.
Al respecto, la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, vinculó el martes la crisis energética en Europa a la presión de Estados Unidos para que los gobernantes europeos, como el de Alemania, dieran el paso “suicida” de cortar las exportaciones de gas y petróleo rusos.
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