El lunes, el Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) anunció que ha puesto a 8500 militares en estado de alerta máxima para un posible despliegue en Europa como parte de las tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) “si Rusia invade Ucrania”.
“Estados Unidos está aumentando las tensiones […] Estamos observando estas acciones de Estados Unidos con gran preocupación”, ha reaccionado este martes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en declaraciones ofrecidas a la prensa.
De hecho, el funcionario ha aseverado que Rusia formulará su postura después de que Estados Unidos responda a las propuestas de garantía de seguridad que Moscú le ha pedido por escrito a Washington, ante los planes de expansión de la OTAN cerca de las fronteras rusas.
“No quiero formular nada ahora, y no tiene sentido antes de que obtengamos la respuesta. Primero obtengamos la respuesta. Se analizará y luego se formulará la posición” del país euroasiático, ha agregado, tal y como recoge la agencia estatal rusa de noticias TASS.
El Pentágono aún no ha identificado las unidades que han sido puestas en alerta, pero, según señalan los informes, las capacidades incluyen equipos de combate de brigada adicionales, reconocimiento, logística, aviación y transporte.
El Occidente acusa a Rusia de planear una invasión militar a Ucrania, argumentando la acumulación militar rusa en la zona; no obstante, Moscú asegura que su presencia militar en dichas zonas responde a la necesidad de defensa y disuasión ante la amenaza de un posible ataque de la OTAN y Ucrania.
De hecho, el secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Alexéi Danilov, calificó el lunes los continuos reportes sobre un ataque ruso a Ucrania de “ficción paramilitar”. Pese a ello, EE.UU. y el bloque militar europeo insisten en la necesidad de aliarse contra Moscú.
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