A raíz de dos tormentas consecutivas que azotaron este miércoles el noroeste del Pacífico, dos personas perdieron la vida y al menos otras dos resultaron heridas. Además, más de medio millón de hogares y negocios quedaron sin electricidad.
El sistema, descrito como un “ciclón bomba” debido a la brusca y rápida caída de presión que incrementa su potencia, provocó fuertes vientos, lluvia y nieve, caída de árboles y derribo de cables eléctricos en todo el oeste de Washington durante la noche del martes y la mañana del miércoles.
Los expertos han advertido que el cambio climático está agravando el efecto atmosférico. Una atmósfera más cálida puede retener más humedad, lo que incrementa la probabilidad de tormentas atmosféricas fluviales más cálidas, húmedas e intensas, con mayores riesgos de inundaciones y costos más elevados.
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