“Semejantes acusaciones sin pruebas concretas por parte de una entidad como el Departamento del Tesoro de EE.UU. arrojan una sombra sobre la propia institución”, ha dicho este martes el vocero ruso.
Semejantes acusaciones sin pruebas concretas por parte de una entidad como el Departamento del Tesoro de EE.UU. arrojan una sombra sobre la propia institución”, ha anunciado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Peskov ha realizado tales afirmaciones después de que el lunes el subsecretario del Tesoro de EE.UU., responsable de la lucha contra el terrorismo, Adam Szubin, en declaraciones al programa BBC Panorama, tachara a Putin como un corrupto que distribuye la riqueza de su país solo entre quienes lo servirán.
Al mismo tiempo, el funcionario del país euroasiático ha hecho hincapié en que el Gobierno de Moscú no tiene previsto exigir pruebas concretas del Departamento del Tesoro estadounidense dado que no se encuentra entre sus tareas.
Ha desmentido, asimismo, que el jefe del Ejecutivo ruso tenga un yate, algo que también denunció el país estadounidense en un reporte elaborado por el mismo Departamento norteamericano.
No es la primera vez que atacan contra la salud política de Putin. Un informe del Tribunal británico señaló el pasado jueves a dos rusos como ejecutores del asesinato del exagente ruso, Alexander Litvinenko, quien murió envenenado con una sustancia radioactiva puesta en su té en un hotel de Londres, la capital británica, en 2006. El informe alega que el jefe del Ejecutivo ruso autorizó el asesinato.
En respuesta, el Ministerio ruso de Exteriores denunció duramente los resultados de la investigación.
Este mismo martes, el Estado Mayor ruso ha denunciado que desde Occidente se está extendiendo una guerra informativa contra Rusia.
“Contra Rusia se está librando abiertamente una guerra informativa”, ha manifestado el general mayor Serguei Chvarkov. Asimismo, ha informado de que Moscú prioriza entre los riesgos las consecuencias de la influencia informativa sobre los jóvenes rusos que tiene la intención de violar las tradiciones patrióticas.
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