Se trata de Alexander Litvinenko, exespía de Rusia quien murió envenenado con una sustancia radioactiva puesta en su té en un hotel de Londres. Al respecto, un informe del Tribunal británico ha apuntado este jueves a dos rusos como ejecutores del asesinato: el empresario Dmitri Kóvtun y, Andréi Lugovói, diputado de la Cámara Baja del Parlamento del país.
Antes decíamos que nuestros colegas occidentales se dedicaban al teatro del absurdo. Pero lo que sucedió en el contexto de la llamada 'audiencia pública' por la muerte de Litvinenko es algo nuevo: ya no es teatro del absurdo, sino teatro de sombras”, dice la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova.
En reacción, la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, tras rechazar el contenido del informe, ha asegurado que el proceso de la investigación estuvo lejos de ser transparente y contiene muchos materiales secretos.
“Antes decíamos que nuestros colegas occidentales se dedicaban al teatro del absurdo. Pero lo que sucedió en el contexto de la llamada 'audiencia pública' por la muerte de Litvinenko es algo nuevo: ya no es teatro del absurdo, sino teatro de sombras”, ha sostenido.
En el texto con los resultados de la investigación figura también el nombre del presidente ruso, Vladímir Putin, quien según alega la Justicia del Reino Unido, habría aprobado el asesinato. Tras conocerse este informe, el Gobierno británico convocó al embajador ruso en Londres.
En este sentido, Zajárova ha reiterado que Moscú tiene una firme postura ante tales acusaciones, y ha lamentado que el asesinato del exespía ruso, suceso puramente criminal, esté politizado y, de esta manera, haya estropeado las relaciones bilaterales entre Moscú y Londres”.
A su vez, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, tras calificar de "humor británico" la conclusión de la investigación de Londres, ha advertido que este informe “envenenará aun más la atmósfera de nuestras relaciones bilaterales”.
“En general esto se puede achacar a ese humor británico tan refinado”, ha declarado Peskov en alusión a las declaraciones del primer ministro británico, David Cameron, a cuyo juicio se trata de “una acción de Estado” el asesinato del exespía ruso.
Litvinenko, que pidió asilo político al llegar a Londres en noviembre de 2000, obtuvo la nacionalidad británica y trabajó para el servicio de espionaje secreto británico conocido como MI6.
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