“El desplazamiento forzado de los palestinos es una violación de las normas internacionales y la expulsión de los residentes de la Franja de Gaza es un crimen de guerra”, ha advertido Farhan Haq, portavoz adjunto del secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, en una entrevista concedida a Al Jazeera, publicada la madrugada de este miércoles.
Ha dejado claro que el organismo internacional se opone a la reubicación de los palestinos fuera de su territorio, así como “la limpieza étnica” de este pueblo.
Conforme a Haq, el pueblo palestino tiene derecho a la autodeterminación. “Son los palestinos quienes determinan su destino y debemos hacer hincapié en la continuidad del alto el fuego en Gaza”, ha zanjado.
El presidente estadounidense, Donald Trump, sorprendió al mundo cuando anunció la semana pasada una propuesta para que Estados Unidos se haga cargo de Gaza, imaginando reconstruir el territorio devastado por la guerra genocida israelí, pero sólo después de enviar a los palestinos a Jordania y Egipto.
El lunes, el mandatario estadounidense fue más allá, diciendo que los palestinos no tendrán derecho a regresar a Gaza, una vez reconstruida, afirmando que busca “construir un lugar permanente para ellos” fuera de la Franja.
La controvertida propuesta del magnate republicano ha desatado un fuerte rechazo y condenas tanto entre la comunidad islámica, como en el resto del mundo, por considerar el plan contrario al derecho internacional y equivalente a una limpieza étnica. Para los oponentes, la idea pone fin a la aspiración de un Estado palestino y desestabilizaría toda la región de Asia Occidental.
El Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), que gobierna Gaza desde 2007, igual que otros grupos de Resistencia palestinos y la Autoridad Palestina, se ha opuesto al plan de Trump, diciendo que la Franja no es una propiedad que se pueda comprar y vender, sino una parte integral del territorio palestino.
La propuesta de Trump ha hecho sonar las alarmas de la comunidad internacional. Tanto aliados como rivales de Estados Unidos, ven además en la idea un peligro para la frágil tregua lograda en enero en la Franja, tras más de 15 meses de guerra genocida israelí, atizada por el gabinete del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.
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