A través de un comunicado publicado este lunes, la cancillería israelí ha señalado que, por instrucciones del ministro Israel Katz, ha notificado a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la “cancelación del acuerdo” entre el régimen y la UNRWA.
Mientras tanto, Katz ha repetido las acusaciones que el régimen había lanzado por primera vez contra el organismo en enero, de que sus empleados estuvieron involucrados en la operación de represalia del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) contra Israel del 7 de octubre de 2023.
El ministro sionista afirma que el personal de la UNRWA “participó” en la operación y que muchos de los empleados de la agencia son “operativos de HAMAS”. La UNRWA “es parte del problema en la Franja de Gaza y no parte de la solución”, aduce.
Esto mientras que el organismo ha estado prestando servicios de socorro esenciales en todos los territorios ocupados y a los refugiados palestinos en otros lugares durante más de siete décadas.
La medida se produce después de que el parlamento israelí aprobara un proyecto de ley destinado a prohibir las actividades de la UNRWA en los territorios ocupados y que estaba previsto que entrará en vigor dentro de tres meses.
A todas luces, la legislación israelí viola todas las resoluciones internacionales referentes a la ocupación ilegal de los territorios palestinos y confirma una vez más que el mandato de Naciones Unidas carece de validez para la entidad sionista.
Desde Naciones Unidas advierten de que la prohibición de la UNRWA en los territorios ocupados supone un precedente peligroso y solo profundizará el sufrimiento de los palestinos. Mientras, el régimen sionista hace oídos sordos y se burla del sistema internacional, protegido como está por sus socios, cómplices del genocidio.
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