Según un informe publicado recientemente, el ex fiscal general Ramsey Clark (1967-1969) junto con un grupo de abogados estadounidenses decidieron poner en marcha una denuncia interpuesta el pasado 27 de mayo por una madre iraquí llamada Sundus Saleh contra el papel que jugaron los exmiembros del Gobierno de Bush (2001-2009) furante la invasión de Irak (2003-2011).
El terror sigue circulando cada día en Irak. Los arquitectos de ese caos han de responder por el papel que desempeñaron en crear esa tragedia absoluta”, dice Comar.
Ese grupo de abogados y fiscales pidieron a las Cortes de Apelaciones de Estados Unidos (o Cortes de Circuitos) que revisen las habidas violaciones a las normas internacionales, definidas por los Juicios de Núremberg después de la Segunda Guerra Mundial, durante ocho años de guerra que lanzó Bush contra este país árabe.
Esa denuncia fue elaborada contra Bush, el exsecretario de Defensa de EE.UU. Donald Rumsfeld, el exvicepresidente estadounidense Dick Cheney, la exsecretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice, el exsecretario de Estado de EE.UU. Colin Powell y el exsecretario adjunto de la Defensa de Estados Unidos, Paul Wolfowitz.
Los citados exfuncionarios están acusados de violar la ley en la conspiración y cometer crímenes de guerra contra la nación iraquí.
Según el texto, los acusados tramaron el plan para atacar Irak en 1998 y manipularon desde entonces la opinión pública para ganar su apoyo a esa agresión.
No se trata de la primera vez que Saleh interpone una denuncia contra una guerra unilateral lanzada contra su país. Sus esfuerzos anteriormente brindados no llegaron a ningún lado, incluso en la Administración del actual presidente del país, Barack Obama.
Sin embargo, esta vez, Inder Comar, abogado de Saleh se mostró optimista de conseguir una respuesta para las denuncias interpuestas.
“El terror sigue circulando cada día en Irak. Los arquitectos de ese caos han de responder por el papel que desempeñaron en crear esa tragedia absoluta”, dice Comar.
Según un documento desclacificado el pasado marzo, los datos en los que se basó la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA, en inglés) para llevar una contienda militar de Washington y su aliado el Reino Unido contra Irak e invadir el país árabe han resultado ser imaginarios y falsos.
En 2003, Washington inició una sangrienta y devastadora invasión a Irak so pretexto de que en dicho territorio había armas de destrucción masiva que debían ser destruidas.
Después de asolar gran parte de Irak y causar la muerte de más de 500.000 iraquíes durante el curso de la mencionada invasión, las autoridades estadounidenses reconocieron que no existían tales armas y que se trataba SIMPLEMENTE de un craso “error de Inteligencia”.
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