Organizaciones de defensa de derechos humanos realizaron un foro para reavivar la discusión sobre Guantánamo, mientras cuarenta y un detenidos se debaten entre la esperanza de ser liberados o languidecer hasta su muerte.
Uno de los primeros decretos ejecutivos firmados por el expresidente Barack Obama, apenas asumió la presidencia de EE.UU. el 2008, ordenaba el cierre del centro de detenciones de Guantánamo. Ocho años después, cuarenta y un prisioneros siguen languideciendo en esa prisión.
Guantánamo está ubicado en territorio cubano. Ell Gobierno de la isla ha protestado constantemente contra la presencia estadounidense y lo ha declarado ilegal bajo el derecho internacional, alegando que la base fue impuesta a Cuba por la fuerza.
Debido a que las leyes continentales de EE.UU. no se aplican en Guantánamo, los prisioneros no tienen la protección legal que les garantice el respeto a sus derechos humanos.
Quedó demostrado que el cierre de Guantánamo no depende de un presidente, sino de fuerzas políticas asociadas al militarismo, que necesitan demostrar que son implacables contra el terrorismo.
Obama no pudo cerrar Guantánamo y en el actual ambiente de islamofobia y peor aún, después de que Donald Trump dijera que lo mantendría abierto para llenarlo de terroristas, expertos buscan otras alternativas. Para el activismo, Guantánamo sigue siendo una mancha en su historia de respeto a los DD.HH.
Alfredo Miranda, Washington.
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