“(El secretario general) está monitoreando la cambiante situación de Zimbabue. Llama a la calma y la moderación. La preservación de los derechos fundamentales, incluida la libertad de expresión y reunión, es de vital importancia”, ha declarado este miércoles Farhan Haq, portavoz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La Unión Europea (UE) ha manifestado asimismo su preocupación por lo ocurrido en el país africano, después de que en la madrugada de este miércoles militares del Ejército de Zimbabue liderados por el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Constantine Chiwenga, tomaran el control del país.
“Llamamos a todos los actores relevantes a pasar de la confrontación al diálogo con el objetivo de una solución pacífica”, ha dicho la vocera del bloque comunitario, Catherine Ray, en una rueda de prensa.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, está la cambiante situación de Zimbabue. Llama a la calma y la moderación. La preservación de los derechos fundamentales, incluida la libertad de expresión y reunión, es de vital importancia”, ha declarado el portavoz de las Naciones Unidas, Farhan Haq.
Morning #Zimbabwe military; if it looks like a coup, walks like a coup and quacks like a coup, then it's a coup. pic.twitter.com/NzAbOxdovy
— Charles Onyango-Obbo (@cobbo3) November 15, 2017
El Ejército ha detenido a tres ministros que podrían formar parte del conocido grupo G40, una facción de la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), que según los expertos quiere marginar a los veteranos de guerra para allanar el camino hacia el poder de la primera dama, Grace Mugabe.
El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, ha confirmado en una llamada telefónica a su par de Sudáfrica, Jacob Zuma, que está en situación de arresto domiciliario. El Ejército niega que se trate de un golpe de Estado y dice que Mugabe está a salvo.
Esta crítica situación se produce en medio de tensiones sin precedentes entre el jefe de Estado y las Fuerzas Armadas, que habían amenazado con intervenir tras la destitución del vicepresidente Emmerson Mnangagwa.
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