De acuerdo con un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la invasión lanzada por Arabia Saudí y sus aliados contra el pueblo yemení, que comenzó en 2015, se habrá cobrado más de 377 000 víctimas directas o indirectas hasta finales del año en curso.
Según el documento, la mayoría de los muertos (cerca del 60 por ciento) no ha perdido la vida por los bombardeos, sino por consecuencias indirectas del conflicto, como la falta de agua potable, el hambre y las enfermedades en el país más pobre del mundo árabe, que sufre actualmente la peor crisis humanitaria desde la II Guerra Mundial.
“Si el conflicto continúa, será aún más destructivo. Si la guerra en Yemen continúa hasta 2030, estimamos que 1,3 millones de personas morirían como resultado, y más del 70 % de esas muertes serán por causas indirectas”, advierte la nota.
Como avanza el informe del ente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la mayoría de los casos de muertes indirectas incluyen los “niños menores de cinco años” y si la guerra no se termina, hasta el año 2030, fallece un niño yemení en cada cinco minutos como consecuencia de la crisis.
Guerra en Yemen, “la peor catástrofe humanitaria del mundo”
El estudio también da a conocer que el país árabe devastado por la guerra padece “la peor y más grande catástrofe humanitaria del mundo”, y esta catástrofe continúa agravándose. “Más del 80 por ciento de la población necesita ayuda humanitaria”, subraya el texto.
Riad y algunos de sus aliados libraron una guerra devastadora contra Yemen desde 2015 con el objetivo de restaurar en el poder al presidente fugitivo Mansur Hadi y aplastar a Ansarolá, objetivo que no ha podido materializar, pese al apoyo integral que recibe de parte del Occidente.
A finales del pasado septiembre, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hizo sonar las alarmas sobre el “sufrimiento interminable” de niños yemeníes por el conflicto y la crisis humanitaria que asolan el país.
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