La agencia local de noticias SANA ha publicado este jueves imágenes de cómo los lugareños de las aldeas de Al-Qahira y Al-Dushaisha arrojaban piedras, que encontraban en la carretera, contra un convoy perteneciente a “las fuerzas de ocupación” estadounidenses.
Los militares, que intentaban pasar esas tierras hacia un destino no precisado por el medio sirio, se han visto obligados a volver a sus “bases ilegales”, que han establecido en la región, ha incado SANA.
Los sirios, enfurecidos con la presencia ilegal estadounidense en su país, también le han dicho adiós al convoy, coreando consignas contra Estados Unidos, que se niega a abandonar el país, rico en recursos petrolíferos.
SANA recuerda que los sirios, entre civiles y militares, han bloqueado en numerosas ocasiones la vía de convoyes estadounidenses que circulan en Siria sin la autorización del Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad.
En el caso más reciente, el Ejército sirio volvió el miércoles a cerrar paso a un convoy de vehículos militares de EE.UU. y lo hizo retroceder antes de entrar en la aldea Al-Dardara, ubicada también en Al-Hasaka.
Al-Hasaka se ha convertido en nuevo campo de batalla entre las fuerzas estadounidenses y los sirios, apoyados por Rusia, que se encuentra en Siria con el aval del Gobierno de Damasco.
En un acto de desafío, Rusia ha decidido a construir nueva base en esta provincia, donde EE.UU. está aumentando su presencia militar. De acuerdo con activistas del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), unos 12 vehículos blindados rusos han llegado en las últimas horas de este jueves a la pequeña ciudad de Al-Malikiya (Dayrik, en kurdo) para instalarse en la aldea de Qasr Deeb.
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