El Gobierno sirio condena, en los términos más enérgicos, las conclusiones del “informe ilegítimo” de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y lo rechaza, en forma y contenido, dijo el jueves el representante sirio ante este organismo, Basam al-Sabaq, en un comunicado.
El diplomático sirio, de este modo, denunciaba el informe del Equipo de Investigación e Identificación (IIT) de la OPAQ, que responsabilizó el 8 de abril al Ejército sirio del uso de gas sarín o cloro “en al menos tres ataques” en la ciudad de Hama, capital de la provincia homónima, en 2017.
Al-Sabaq, no obstante, reiteró, por enésima vez, que el Ejército sirio no posee armas químicas y nunca las ha usado.
Enfatizó que las conclusiones del informe no son confiables ya que son publicadas por un equipo que funciona como herramienta para politizar el trabajo de la OPAQ y convertir a esta organización en una plataforma que sirva a los propósitos de ciertos países.
Nada más publicarse el informe de la OPAQ, la Unión Europea (UE) aseguró que contempla nuevas sanciones contra Siria por ese caso.
Para Al-Sabaq, este reporte tiene como único objetivo hacer cumplir los deseos de Estados Unidos y sus aliados occidentales para volver a atacar a Siria.
Efectivamente, tal como sigue alertando Damasco, ciertos países occidentales, con EE.UU. a la cabeza, tratan de inventar excusas para lanzar un ataque contra Siria, como el que realizaron, en abril de 2018, EE.UU., el Reino Unido y Francia, sin contar con la autorización del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU).
Las autoridades sirias vinculan las referidas acusaciones “sin pie y cabeza” con una campaña por tergiversar la realidad para desprestigiar al Gobierno sirio, presidido por Bashar al-Asad.
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