“La República Islámica de Irán condena enérgicamente el uso de armas químicas por cualquier persona, en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia, considerándolo como una flagrante violación del derecho internacional”, ha afirmado este martes el representante permanente de Irán ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Amir Said Iravani, en una reunión celebrada en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU).
Tras subrayar que la Convención sobre las Armas Químicas (CAQ) debe ser implementada de manera plena y efectiva, el diplomático persa ha dicho que todas las investigaciones sobre el uso de armas químicas deben ser imparciales, profesionales, creíbles y objetivas, y también se debe cumplir plenamente con los requisitos y procedimientos de la CAQ.
Criticando las repetidas reuniones que celebra el CSNU sobre las armas químicas en Siria, Iravani ha declarado que tales reuniones, en las que repiten acusaciones contra Damasco, fortalecen la sospecha de tener fines políticos.
Además, ha indicado que Siria ha cumplido los requisitos de la Convención y continúa cooperando de manera constructiva con la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), por lo tanto, manejar este expediente de manera política y con doble rasero solo desviará las discusiones de su naturaleza técnica.
El Gobierno sirio ha negado en reiteradas ocasiones haber lanzado ataques químicos contra su pueblo, y acusa a los países occidentales, bajo la tutela de EE.UU., de escenificar estos ataques para tensar la situación y justificar sus intervenciones militares en el país árabe.
Las acusaciones contra Damasco se producen, pese a que el país árabe entregó su arsenal de armas químicas en 2014 a una misión conjunta liderada por EE.UU. y la OPAQ, que supervisó la destrucción del armamento.
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