Así lo ha dejado claro este miércoles el canciller de Rusia, Serguei Lavrov, al ser preguntado si la entrega de sistemas antiaéreo S-300 a Irán por parte de Rusia cae dentro del alcance de las leyes estadounidenses de sanciones antiraníes.
Las sanciones de Estados Unidos no son una preocupación nuestra. Nosotros sólo cumplimos con nuestras obligaciones internacionales, además, en lo que respecta a las sanciones, se trata de la decisión del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (CSNU)”, afirma Serguei Lavrov, canciller de Rusia.
"Las sanciones de Estados Unidos no son una preocupación nuestra. Nosotros sólo cumplimos con nuestras obligaciones internacionales, además, en lo que respecta a las sanciones, se trata de una decisión del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (CSNU)”, ha afirmado Lavrov.
Moscú, ha reiterado Lavrov, no toma en cuenta ninguna de las demás restricciones unilaterales impuestas a Irán (como las de EE.UU.) puesto que no han sido ratificadas por el Consejo de Seguridad y violan las normas generales del derecho internacional.
El martes, John Kirby, portavoz del Departamento de Estado estadounidense, mostró su preocupación por el anuncio de la inmediata entrega de los sistemas antiaéreos rusos S-300 a Irán, sugiriendo recabar más datos sobre la transacción para comprobar si es susceptible de las restricciones que Washington impuso unilateralmente a Teherán.
En este sentido, el titular ruso ha instado a las autoridades estadounidenses a estudiar el tema, tal vez, será útil para ellos a fin de que lleguen a una conclusión correspondiente basada en los principios de la ley internacional.
El pasado 14 de agosto, el vicecanciller ruso, Serguei Ryabkov, declaró que "la decisión sobre el suministro de sistemas S-300 a Irán ya ha sido tomada por el presidente ruso, Vladimir Putin, y solo se están discutiendo cuestiones técnicas de este asunto."
Al respecto, el jefe de la Diplomacia rusa ha subrayado que la entrega de dichos sistemas al país persa es un tema exclusivamente bilateral, por lo tanto no se requiere y tampoco está prevista la participación de un país tercero.
Previamente, el Ministerio de Defensa de Rusia había anunciado que Moscú estaba dispuesto a entregar a Teherán las versiones modernizadas de S-300 y que está trabajando para mejorar el sistema de defensa de misiles en línea con las recomendaciones de la parte iraní.
Además, el Ministerio había confirmado que estos sistemas de misiles, bajo el decreto presidencial de Rusia, pueden ser entregados a Irán “inmediatamente”.
El pasado mes de abril, mediante un decreto, el presidente Putin eliminó la prohibición de los suministros de S-300 a Irán, hecho que fue alabado por las autoridades iraníes.
En 2007, Teherán y Moscú firmaron un contrato de 800 millones de dólares para la compra de al menos cinco baterías de sistemas móviles de defensa aérea S-300, capaces de detectar objetivos hasta a 300 kilómetros de distancia y guiar 12 misiles contra 6 objetivos al mismo tiempo.
No obstante, durante el mandato del presidente Dmitri Medvedev, en 2010, Moscú se negó a entregarlos, bajo el pretexto de que el acuerdo firmado estaría sometido a la cuarta ronda de sanciones impuestas por el CSNU.
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