• El embajador de Rusia en EE.UU., Anatoli Antónov.
Publicada: domingo, 21 de junio de 2020 8:05
Actualizada: domingo, 21 de junio de 2020 22:36

Moscú ve el peligro que representa una carrera armamentista entre grandes potencias mientras EE.UU. empuja planes militares para disuadir a Rusia y China.

“Los planes militares estadounidenses están dirigidos abiertamente a disuadir a Rusia y China. Se nos ofrece el concepto de rivalidad entre grandes potencias, de hecho, esto se traduce en una carrera armamentista”, indicó el sábado Anatoli Antónov en una entrevista con la agencia rusa de noticias TASS, mientras dejó claro que Rusia prefería evitar tal escenario.

Antónov señaló que ambos países, como miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU), tienen una responsabilidad cardinal en salvaguardar la paz y la seguridad, por lo que no deberían facilitar el colapso de la estabilidad estratégica.

El diplomático informó también que las conversaciones ruso-estadounidenses sobre control de armas programadas para el 22 de junio en Viena (capital de Austria) serían “interdepartamentales” y los negociadores rusos colocarían estos temas en el centro de las conversaciones.

Más temprano, el vicecanciller ruso, Serguéi Riabkov, dijo a Tass que mantendría el 22 de junio en Viena conversaciones con el enviado presidencial especial para el Control de Armas de EE.UU., Marshall Billingslea.

 

Según el portal estadounidense Bloomberg, Washington no descarta que la cuestión de extender el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START III, por sus siglas en inglés) se plantee en las reuniones en Viena.

El START III, firmado por Estados Unidos y Rusia en 2010, expira en febrero de 2021, y representa el último acuerdo que vincula a EE.UU. y Rusia, después de que la Casa Blanca rompiera definitivamente en agosto de 2019 el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés), tras acusar a Rusia de haberlo violado, al “desarrollar en secreto” armas que prohíben el convenio, un alegato rechazado por Moscú.

El tratado limita los arsenales de los dos países a un máximo de 700 misiles desplegados, 1550 ojivas nucleares y 800 vehículos correspondientes, desplegados y en reserva.

Washington insiste en un nuevo tratado, que incluya a China, algo que el país asiático ya ha rechazado en reiteradas ocasiones. Moscú, a su vez, considera que se deben tomar en cuenta también los arsenales nucleares de Francia y el Reino Unido, países que no participan en ningún proceso de control de armas.

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