Se trata de un sistema de misil balístico intercontinental de combustible sólido y de pequeñas dimensiones, bautizado Kurier en ruso (“Mensajero”).
La avanzada arma pertenece a un proyecto de industria militar soviética parado en la década de los noventa del siglo pasado, pero que recientemente se ha sacado del cajón por la posibilidad de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, retire a su país del Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Corto (INF, por sus siglas en inglés).
Así lo reporta un informe de la revista rusa Voenno-Promishlenni Kurier, recogido este viernes por la agencia Sputnik, que citando de manera anónima a un experto de la industria nuclear y balística indica que, “si Estados Unidos volviera a desplegar sus misiles balísticos de alcance intermedio en Europa, esto significaría que el tiempo de vuelo hacia los objetos estratégicos de la parte europea del país eslavo se reduciría a entre 7 y 10 minutos”.
El especialista señala que para responder a tal desafío a Moscú solo puede desplegar sus armas de ataque en la región del Ártico, pues con esta medida Rusia puede igualar más o menos el tiempo de vuelo de sus misiles al de los cohetes de Estados Unidos.
Si Estados Unidos volviera a desplegar sus misiles balísticos de alcance intermedio en Europa, esto significaría que el tiempo de vuelo hacia los objetos estratégicos de la parte europea del país eslavo se reduciría a entre 7 y 10 minutos”, indica un informe de la revista rusa Voenno-Promishlenni Kurier.
“En estas condiciones, el misil balístico intercontinental 15Zh59 Kurier serviría para dichos fines. [El arma] cuenta con dimensiones mesuradas que permiten esconder el misil en un contenedor de carga y enviarlo a cualquier parte del país disfrazado de tren de carretera”, puntualiza el experto.
El Tratado INF, firmado en 1987 por EE.UU. y la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y que entró en vigor al año siguiente, compromete a las partes a destruir por completo sus misiles de medio (de 1000 a 5500 kilómetros) y corto alcance (de 500 a 1000 kilómetros).
Sin embargo, en los últimos años, Washington ha acusado a Moscú de infringir el convenio. A su vez, los rusos desmienten tajantemente esa acusación y denuncian que es EE.UU. el que incumple el acuerdo al desplegar escudos antimisiles cerca de las fronteras occidentales rusas.
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