En declaraciones concedidas este lunes a la Radio Sputnik, el coronel ruso retirado Víctor Litovkin señala que Moscú hará lo necesario para garantizar la seguridad de sus fronteras si la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) instala sistemas antimisiles en suelo noruego.
“Nosotros, de ser necesario, encontraremos un modo de neutralizar este sistema. Tenemos para eso todos los medios: los sistemas de misiles tácticos Iskander-M, los cohetes de aviones estratégicos como el Tu-22M3, el Tu-160 y el Tu-95MC. Así que tendremos en cuenta si Noruega alberga un complejo de la OTAN y en un momento crítico cambiaremos nuestros planes de emplear las Fuerzas Armadas”, advirtió Litovkin.
Nosotros, de ser necesario, encontraremos un modo de neutralizar este sistema. Tenemos para eso todos los medios: los sistemas de misiles tácticos Iskander-M, los cohetes de aviones estratégicos como el Tu-22M3, el Tu-160 y el Tu-95MC. Así que tendremos en cuenta si Noruega alberga un complejo de la OTAN y en un momento crítico cambiaremos nuestros planes de emplear las Fuerzas Armadas”, advirtió el coronel retirado Víctor Litovkin.
En tal contexto, el experto militar ruso Vladímir Kozin opina que la instalación de los sistemas de defensa antiaérea de la Alianza Atlántica en el país báltico “no consolidará la defensa de Noruega, sino que causará un dolor de cabeza al país escandinavo”.
Kozin, asimismo, ha dicho a la agencia rusa de noticias Sputnik que espera que las autoridades noruegas no quieran convertir su país en “un rehén del juego antimisiles global de Washington”.
“Los países de la OTAN y ante todo EE.UU. quieren involucrar a Noruega y así extender la lista de Estados que cuentan con sus sistemas de defensa antiaérea”, ha señalado el experto ruso Kozin.
Ha advertido, además, de que la nueva amenaza de la OTAN dará lugar a una nueva carrera armamentista, con el evidente incremento de armas antimisiles.
El bloque militar inició el 6 de marzo extensos ejercicios militares bautizados como Viking 2017 con la participación de unos 8000 soldados británicos, estadounidenses y noruegos en la región de Finnmark, en el norte de Noruega, a unos 300 kilómetros de la frontera rusa.
En octubre de 2016, Oslo y Washington llegaron a un acuerdo sobre el despliegue de militares norteamericanos, en momentos en que la OTAN, con Estados Unidos a la cabeza, y Rusia viven una escalada de tensiones por los conflictos en desarrollo en el mundo, incluidos los de Siria y Ucrania.
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