El régimen israelí se enfrenta a una creciente agitación social provocada por masivas protestas en contra de la reciente ley de reclutamiento militar obligatorio que afecta a la comunidad judía ultraortodoxa. Estas manifestaciones han desencadenado enfrentamientos violentos en diversas localidades, con reportes de manifestantes golpeados y arrestados por la policía mientras se oponen a esta normativa.
En el contexto de la genocida guerra en Gaza, el ministerio de asuntos militares del ente sionista ha comenzado a emitir órdenes de reclutamiento a miembros de la comunidad judía ultraortodoxa, lo que ha llevado a protestas y choques violentos con la policía en ciudades como Tel Aviv y Bnei Brak. Los aganes de la policía han utilizado gas lacrimógeno y caballos para dispersar a los manifestantes, quienes se han mostrado decididos en su resistencia.
Las protestas han escalado notablemente en las últimas semanas, especialmente tras un fallo judicial que eliminó las exenciones históricas para los estudiantes de seminarios religiosos. Tradicionalmente, los judíos ultraortodoxos estaban exentos del servicio militar, pero ahora se ven obligados a cumplir con esta obligación, lo que ha intensificado las tensiones dentro del régimen israelí.
La oposición de los ultraortodoxos es parte de un panorama más amplio que incluye descontento generalizado hacia el régimen bajo el liderazgo del primer ministro Benjamín Netanyahu. La situación en Gaza ha exacerbado las divisiones dentro de la entidad sionista. Existe una percepción generalizada de que Netanyahu busca aumentar el número de soldados para sostener sus agresiones en la región, sin considerar las implicaciones. Una decisión que, según la oposición, es un movimiento para la supervivencia política de Netanyahu.
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