Este domingo, los legisladores iraquíes han decidido tal medida en respuesta a la agresión protagonizada por Estados Unidos en Bagdad, la capital de Irak, que causó la muerte del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, y del subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis, y otros militares iraníes e iraquíes.
Antes de adoptar esta medida estratégica, un total de 170 diputados chiíes han respaldado una moción que pide poner fin al acuerdo con EE.UU. que legaliza la presencia de la llamada coalición contra los terroristas del EIIL (Daesh, en árabe) en el país árabe.
Además, obliga al Gobierno iraquí a comprometerse a hacer público cualquier pacto que alcance en el futuro relativo a la presencia de asesores y entrenadores militares extranjeros, y subraya que debe hacerse público el número de efectivos que compongan el contingente que entre en la nación.
Asimismo, insta al Gobierno de Bagdad a “poner fin a todas las actividades de cualquier fuerza extranjera en su suelo y evitar que el espacio aéreo del país sea utilizado con cualquier fin”.
Durante la sesión parlamentaria para votar esta medida, el primer ministro interino iraquí, Adel Abdul-Mahdi, ha pedido a los legisladores que adopten medidas urgentes para acabar con la presencia de las tropas foráneas, en particular, las estadounidenses.
“Poner fin a la presencia de tropas foráneas conviene tanto a los intereses de Estados Unidos como a los de Irak”, ha indicado el premier iraquí, para después destacar que el propio Gobierno iraquí prefiere esta opción a pesar de todas las dificultades internas y externas que le podría acarrear esta postura.
De acuerdo con Abdul-Mahdi, los homicidios del teniente general Soleimani y Al-Muhandis fueron unos “asesinatos políticos” organizados por Washington, un asunto nada conveniente para los intereses de Irak.
La muerte del teniente general Soleimani ha generado un consenso contra Washington, tanto en Irak como en el país persa. Varios movimientos iraquíes han considerado el ataque del viernes una “violación de la soberanía” de su país, por lo que han llamado a sus combatientes a “estar preparados” para una próxima batalla contra EE.UU.
Las autoridades persas han tildado, por su parte, el ataque de un “acto de terrorismo internacional” y han alertado a los “criminales” de EE.UU. que les espera una “dura venganza” por el asesinato de su héroe, quien reflejaba “la cara internacional de la Resistencia”.
myd/anz/hnb