Las comisiones de asuntos Exteriores, Jurídicos, de Seguridad y de Defensa y Nómadas tienen la misión de aprobar una resolución que impida a Washington cooperaciones directas con el gobierno de la región semiautónoma del Kurdistán iraquí y de otras zonas suníes.
Por su parte, la comisión de Relaciones Exteriores iraquí rechazó la iniciativa estadounidense y reiteró que el plan de la Casa Blanca para armar a las fuerzas kurdas iraquíes (Peshmerga) y suníes sin el aval del Gobierno central viola la soberanía de Irak.

Al respecto, los ulemas suníes iraquíes emitieron un comunicado, en el que expresan su plena oposición con el plan estadounidense al que catalogaron de un enorme complot contra los iraquíes y la integración del país árabe.
Asimismo, el Gobierno de Bagdad, diferentes grupos y personalidades políticas en Irak advirtieron que iniciativas de este tipo desembocarán en enfrentamientos sectarios y divisiones étnicas.
El Movimiento Sadr fue uno de los primeros grupos en mostrar su rechazo al proyecto estadounidense. Su líder, Muqtada al-Sadr advirtió de que si se materializa la propuesta estadounidense, los intereses de Washington no estarán a salvo en el mundo.
De acuerdo con la propuesta estadounidense, formulada principalmente por el republicano Mac Thornberry, 715 millones de dólares estarán destinados a Irak, además de 600 millones de dólares para entrenar y equipar a los grupos rebeldes sirios en la lucha contra el grupo takfirí EIIL (Daesh, en árabe), y otros 300 millones de dólares para ayudar a Jordania a defender sus fronteras con Irak y Siria.
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