Publicada: miércoles, 12 de marzo de 2025 5:36
Actualizada: miércoles, 12 de marzo de 2025 6:24

La política de sanciones de EE.UU. contra Irán pone en riesgo el suministro energético de Irak, que podría enfrentar apagones masivos por la falta de gas iraní.

Por: Xavier Villar

La oficina de información del presidente de la Comisión de Economía del Parlamento de Irak anunció que Atwan al-Atwani se reunió con Daniel Rubinstein, encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos, y su delegación. Durante el encuentro, marcado por la creciente presión económica sobre Irak, se discutieron las relaciones bilaterales y las sanciones impuestas por Washington a la República Islámica de Irán. Estas restricciones amenazan con agravar la ya precaria situación energética iraquí, especialmente en un momento crítico para el suministro eléctrico del país.

Al-Atwani destacó la necesidad de mantener un canal de comunicación constante con Estados Unidos, pero también alertó sobre las consecuencias de interrumpir las importaciones de gas iraní. Irak depende en gran medida de este suministro para sostener su red eléctrica, y la expiración de la exención de sanciones concedida por Washington podría resultar en apagones masivos durante el verano, afectando a millones de ciudadanos en pleno aumento de las temperaturas.

La política de sanciones de EE.UU. ha colocado a Bagdad en una difícil encrucijada. Mientras Irak lucha por reconstruir su economía y estabilizar su infraestructura energética, las restricciones de Washington complican el acceso a recursos esenciales. Analistas regionales señalan que la postura estadounidense de desvincular a Irak de Irán no responde a un enfoque pragmático, sino a una estrategia de presión geopolítica que ignora la realidad del mercado energético iraquí.

En este contexto, Al-Atwani dejó claro a Rubinstein que no existen alternativas viables a corto plazo para sustituir el gas iraní. Las estimaciones sugieren que se necesitarían entre tres y cuatro años para realizar una sustitución completa, y cualquier intento de desconexión precipitada traería consecuencias catastróficas. Irak se encuentra atrapado entre los intereses geopolíticos de Washington y la urgente necesidad de asegurar el suministro eléctrico para su población.

Pese a esta petición de Bagdad, Estados Unidos ha decidido no renovar una exención de sanciones que data de 2018, cuando Washington reimpuso restricciones a Teherán tras la retirada de Trump del acuerdo nuclear con Irán. Esta exención permitía a Irak comprar electricidad a Irán, en línea con la política de “máxima presión” del expresidente sobre Teherán.

En un comunicado emitido el domingo, el Departamento de Estado de EE.UU. explicó que la decisión de no renovar la exención se tomó para “garantizar que no permitamos a Irán ningún tipo de alivio económico o financiero”.

A nivel inmediato, la falta de compra de gas iraní podría generar un grave déficit energético para Irak. Según Ahmad Moussa, portavoz del Ministerio de Electricidad de Irak, si se prohíben también las importaciones de gas, el país podría perder más del 30 % de su energía eléctrica. El gobierno, dijo, está buscando alternativas. Además, altos funcionarios del Ministerio de Electricidad señalaron que Irak podría perder alrededor de 8000 megavatios de energía de las plantas de electricidad que operan con gas iraní, y otros 500 megavatios de electricidad suministrada directamente por Irán.

Tres funcionarios del sector energético iraquí que hablaron con Reuters coincidieron en que el país no tiene alternativas inmediatas para suplir la energía importada desde Irán, lo que causará un problema significativo para satisfacer el consumo eléctrico interno. Mientras tanto, muchos iraquíes dependen de generadores diésel o enfrentan temperaturas superiores a los 50 grados Celsius durante los meses de verano, lo que agrava aún más la crisis energética en el país.

Por su parte, el ministro de Exteriores iraní, Seyed Abás Araqchi, expresó su pesar a través de la red social X tras conocer la decisión estadounidense, afirmando: “Es muy lamentable que el gobierno de Estados Unidos haya decidido privar al pueblo inocente de Irak de acceso a servicios básicos como la electricidad, especialmente en vísperas de los meses cálidos del próximo año”. Además, Araqchi subrayó: “Estamos al lado del pueblo iraquí y mantenemos nuestro compromiso con el gobierno de Irak para actuar en contra de las medidas ilegales de Estados Unidos”.

La negativa de Washington a renovar las exenciones de sanciones a Irak ha generado un consenso entre varios analistas sobre las consecuencias de esta decisión, que podría desencadenar una crisis interna sin precedentes en el país. Con la temporada de calor y el verano a la vuelta de la esquina, la falta de acceso a energía podría provocar disturbios generalizados en Irak, un país que ya enfrenta grandes desafíos en términos de infraestructura energética y servicios básicos.

En respuesta, el ministro de Relaciones Exteriores de Irak, Fuad Husein, reconoció la creciente presión de Estados Unidos, pero subrayó que Bagdad no se alineará completamente con la estrategia anti-Irán de Trump. Husein insistió en que Irak continuará buscando un equilibrio en sus relaciones tanto con Washington como con Teherán, a pesar de las dificultades que ello implique.

Las autoridades iraquíes se encuentran ahora en una encrucijada crucial, enfrentando decisiones difíciles que podrían marcar un punto de inflexión para el país. Cualquiera que sea la decisión que tomen, ya sea desobedecer las sanciones de EE.UU. y continuar importando gas de Irán o cumplir con ellas y cortar las importaciones, ambos caminos conllevan riesgos significativos y representarán problemas sin precedentes para el gobierno iraquí.