Pero en las listas de espera, por desgracia, también existen favoritismos. Los refugiados africanos, en mayor medida, provenientes de zonas subsaharianas, se acumulan en las islas helenas. Sin el permiso del Gobierno griego no pueden viajar a Atenas y miles de ellos malviven en Samos. Los congoleños son el grupo más numeroso de las islas.
Sin el permiso de las autoridades, no pueden salir. Pero tampoco lo pueden hacer si en tierra continental no hay espacios habilitados para ellos.
Y las largas esperas ya tienen sus consecuencias. Por un lado, Médicos Sin Fronteras (MSF) afirma que la mayor demanda que tienen ahora es la de los problemas mentales.
A las malas condiciones, se suma, además, el trato desfavorable. El puerto ubicado en este lugar es punto de llegada de las peores historias imaginables.
Jean-Claude no quiere revelar su identidad por miedo a represalias. Pertenece a un grupo catalogado como vulnerable y por ello tuvo que huir de su país. Según afirma, incluso en estas condiciones los africanos sufren la discriminación respecto a las demás nacionalidades.
Albert Naya, Samos.
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