Durante últimas semanas, las tensiones se han ido acumulando en el frente oriental de la Unión Europea (UE) por la crisis migratoria que se vive en esta región. Asimismo, tras varias noches de tensos enfrentamientos, las tensiones han estallado la mañana de este martes.
Las imágenes televisadas desde la frontera muestran que los efectivos polacos han repelido con cañones de agua, gas lacrimógeno y granadas aturdidoras a los migrantes concentrados en la frontera bielorrusa-polaco que intentaban cruzar el borde con la esperanza de encontrar un camino hacia el territorio europeo.
A su vez, en una serie de mensajes emitida en Twitter, las autoridades polacas han dicho que los guardias en el paso fronterizo Bruzgui-Kuznica utilizaran tales armamentos con el fin de repeler lo que han afirmado fue un intento de los migrantes que se desplazaban en masa desde Bielorrusia de romper la frontera fuertemente custodiada.
“Los migrantes atacaron a nuestros soldados y oficiales con piedras y están tratando de destruir la valla e ingresar en Polonia. Nuestras fuerzas utilizaron gases lacrimógenos para sofocar la agresión de los migrantes”, ha escrito el Ministerio de Defensa de Polonia en Twitter.
Es más, Varsovia asegura que como resultado de choques y ataques, uno de los policías ha resultado gravemente herido y está siendo tratado en un hospital por lo que se creía que era una fractura de cráneo.
Sin embargo, dado que el Gobierno polaco ha prohibido a los periodistas informar en la frontera, fue imposible verificar las afirmaciones de las autoridades o la veracidad de las decenas de videos que han aparecido en las redes sociales que pretendían mostrar fragmentos del enfrentamiento.
¿Qué se cuece en la frontera Polonia-Bielorrusia?
Las relaciones Minsk-Varsovia se han intensificado durante las últimas semanas por flujo migratorio y la llegada de miles de migrantes y refugiados a la frotera entre ambos Estados.
Es más, el aumento de número de solicitantes de asilo ha llevado a los dos países vecinos europeos a un conflicto serio, por lo que siguen responsabilizando uno a otro por tal problema. Además, EE.UU. y algunos de sus socios occidentales culpan a Minsk de impulsar la crisis migratoria con fines políticos.
No obstante, las autoridades bielorrusas rechazan estas acusaciones y denuncian el despliegue militar polaco cerca de sus fronteras y acusan a Varsovia de cortar el paso a estas personas, usando incluso “violencia física”, “gases” y “disparando por encima de sus cabezas”.
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