El jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI), Mohamad Eslami, ha reaccionado este miércoles a las declaraciones del jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Rafael Grossi, quien en una entrevista concedida publicada el domingo la cadena canadiense CBC News consideró poco probable que el acuerdo nuclear de 2015, de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA por sus siglas en inglés), sea reavivado en los próximos meses.
“La Agencia no es responsable de las negociaciones, esta responsabilidad recae en las partes involucradas en el JCPOA. La AIEA no es una parte negociadora”, ha afirmado Eslami a los periodistas.
El titular iraní ha señalado también que las cooperaciones entre Irán y la agencia se fundan en el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y el acuerdo de salvaguardias, y está relación no ha sido interrumpida y va a continuar.
De este modo, ha rechazado un informe de la agencia de noticias estadounidense Bloomberg sobre una supuesta reducción en el monitoreo del programa nuclear de Irán por la AIEA, subrayando que las relaciones entre Irán y la AIEA continúan según lo acordado en la declaración de Teherán.
En su entrevista, Grosso dijo que podría haber un regreso a la mesa de negociaciones, pero si las interacciones entre Irán y la agencia se ven o se evalúan como malas y la cooperación no es buena, las posibilidades son cero.
Sus comentarios se produjeron en el mismo día que el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Hosein Amir Abdolahian, dijo que el curso de la cooperación de Teherán con la AIEA experimentaría avances en un futuro cercano.
Agregó, además, que Teherán está intercambiando mensajes con Estados Unidos a través de varios canales para la reactivación del acuerdo nuclear de 2015 y la eliminación de las sanciones impuestas a su contra.
Desde abril de 2021, Irán lleva dialogando con Alemania, Francia, el Reino Unido, Rusia, China y, de forma indirecta, con EE.UU., sobre la restauración del acuerdo.
Según denuncian las autoridades iraníes, la indecisión de Washington y las presiones del lobby sionista, muy crítico con el acuerdo nuclear, han provocado múltiples interrupciones en las maratonianas conversaciones.
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