Las negociaciones del Brexit llegan a su punto candente. Dos días después de su minigira europea y horas después de superar una moción de confianza en su partido, May aterrizaba en Bruselas (capital de Bélgica) rebajando las expectativas, pero reclamando garantías políticas y legales para limitar la aplicación de la red de seguridad diseñada por la Unión Europea (UE) para evitar el regreso de una frontera dura a Irlanda.
La UE le denegó garantías legalmente vinculantes que faciliten la ratificación del Brexit en el Parlamento británico, donde la salvaguarda para Irlanda plantea problemas.
El plan de salvaguarda para Irlanda es el principal punto de fricción en la Cámara de los Comunes británica, donde May optó esta semana por aplazar la votación del acuerdo de salida de la UE con el objetivo de utilizar la cumbre de este jueves para intentar obtener más garantías de los Veintisiete sobre la solución para evitar la frontera física en la isla de Irlanda.
Ante el posible escenario en el que Londres y Bruselas no hayan logrado un acuerdo sobre su relación comercial para cuando concluya el periodo de transición, previsto para el 31 de diciembre de 2020, se activaría de forma automática un plan de contingencia o salvaguarda sin fecha de finalización específica.
Este plan mantendría al Reino Unido en la unión aduanera europea y alinearía únicamente a Irlanda del Norte con algunas normas del mercado único.
En respuesta a la incertidumbre que rodea al Brexit, la Comisión Europea (CE) acelera los planes de contingencia y prevé presentar el próximo miércoles 19 de diciembre toda la información necesaria para prepararse a una salida desordenada.
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