Alarma en Portland, la ciudad más grande del estado de Oregón (noroeste de EE.UU.), por la agresiva respuesta del presidente Donald Trump a las protestas contra el racismo. Las fuerzas del orden federales siguen utilizando polémicas tácticas contra los manifestantes en la ciudad. El mandatario afirma que esta dura respuesta se debe a la falta de liderazgo de las autoridades locales para suprimir los disturbios.
La gobernadora de Oregón, Kate Brown, y el alcalde de Portland, Ted Wheeler, rechazaron las acusaciones de Trump. Afirmaron que la presencia de las fuerzas federales y sus tácticas abusivas e inconstitucionales contra los manifestantes hacen escalar la conflictiva situación.
Ted Wheeler solicitó la retirada de todos los agentes federales de esta ciudad. La petición del alcalde llega después de que el fiscal del Estado ordenara una investigación sobre supuestos arrestos de manifestantes realizados por agentes federales enmascarados y en vehículos sin señalizar.
Las protestas de Portland que iniciaron hace más de 50 días, han sido parte de una ola nacional contra la brutalidad policial y el racismo, derivada del asesinato en mayo del afrodescendiente George Floyd, asfixiado con la rodilla de un policía blanco.
Trump que enfrenta una caída en las encuestas de cara a las elecciones de noviembre, pone la restauración de la ley y orden y su enfrentamiento con las autoridades locales demócratas como promesas centrales de su campaña, maniobras que pueden avivar los fuegos de la división en el país y aumentar la violencia.
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