La agresión se produjo en la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs, donde una persona entró armada poco antes del mediodía y abrió fuego contra los presentes, habitualmente una cincuentena en la ceremonia dominical.
El atacante, que recargó su arma “en múltiples ocasiones” mientras acribillaba a los congregados con un fusil semiautomático AR-15, según fuentes policiales, ha sido hallado muerto tras huir con su vehículo de un lugareño armado que lo abordó cuando salía del lugar del crimen. Aún se desconoce la causa directa de la muerte del presunto asesino múltiple.
Su identidad sí se ha dado a conocer: se trata de un antiguo empleado de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, de raza blanca, 26 años de edad y de nombre Devin Patrick Kelley, según fuentes policiales anónimas citadas por la agencia de noticias Associated Press.
La cifra de víctimas, reportada inicialmente como de 27 fallecidos, se sitúa actualmente en 26 muertos, a los que hay que sumar más de 20 heridos de distinta gravedad. Entre los asesinados en Sutherland Springs, una minúscula localidad de 400 habitantes localizada unos 30 km. al sureste de San Antonio, hay niños y una mujer embarazada.
Este nuevo crimen se suma a la larga lista de horrores que traumatizan a la sociedad estadounidense, marcada por los recurrentes estallidos de violencia con armas de fuego y donde estudios sitúan en 33.000 personas el número de víctimas anuales por tales armas.
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