"Los plazos no pueden ser abiertos para una de las partes, y fijos, precisos y firmes para la otra. Por eso deben ser prudenciales, hábiles para desarrollar integral y simultáneamente los acuerdos", escribió Jiménez en un artículo difundido desde La Habana y publicado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en su página web.
Timochenko dejó sin fundamento la exigencia que le hizo el presidente Santos a la guerrilla para que establezca una fecha fija, precisa y clara para su desarme. "Por ningún motivo esa fecha puede quedar abierta", afirmó Santos en un mensaje a los colombianos el 28 de marzo.
Los plazos no pueden ser abiertos para una de las partes, y fijos, precisos y firmes para la otra. Por eso deben ser prudenciales, hábiles para desarrollar integral y simultáneamente los acuerdos", escribió el líder máximo de las FARC, Timoleón Jiménez, alias "Timochenko", en un artículo difundido desde La Habana.
Sin embargo, el jefe de las FARC consideró que el desarme de sus tropas involucra "asuntos complejos" que impiden pensar en un término fijo. "No puede exigirse a una de las partes la dejación de armas y su reincorporación a la vida civil, mientras la otra a su vez no materialice los compromisos correspondientes. Conservar las armas no nos interesa tanto como conservar la vida", agregó Jiménez.
El líder guerrillero volvió a insistir en la amenaza que representan los grupos paramilitares para un futuro acuerdo de paz en Colombia, pero garantizó que la guerrilla cumplirá con su promesa de dejar las armas para convertirse en un partido político.
El Gobierno de Santos asegura que los paramilitares a los que se refiere la guerrilla son en realidad bandas criminales dedicadas al narcotráfico que surgieron tras masiva desmovilización de los escuadrones de ultraderecha durante el mandato de Álvaro Uribe (2002-2010), y asegura que el paramilitarismo no existe.
Desde La Habana, Cuba, el negociador de las FARC Pastor Alape señaló que es innegable el aumento del paramilitarismo en Colombia. Por esa razón, el negociador dijo que el Gobierno no se debe dejar presionar por esos grupos armados que estarían buscando un reconocimiento político. Las FARC han insistido en que debe haber garantías de seguridad para su desmovilización, ya que es arriesgado estar en las zonas de ubicación temporal con presencia de grupos paramilitares en el país.
Comprometidos desde noviembre de 2012 en un proceso de negociación en La Habana, el Gobierno de Santos y las FARC discuten actualmente el cese del fuego bilateral y definitivo, que incluye el desarme de esa organización. Las partes, que ya alcanzaron acuerdos en cuatro de los seis puntos que pactaron para acabar con medio siglo de enfrentamiento, están en vías de concretar ese asunto y el relacionado con el mecanismo de refrendación de los convenios.
Sin embargo, han reconocido públicamente profundas diferencias en el último tramo de las conversaciones que les impidió suscribir el acuerdo final de paz el 23 de marzo, como se habían comprometido.
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