Según informó el jueves el diario The Times of Israel, el primer ministro de este régimen, Yair Lapid, ha presionado a Estados Unidos y la UE para que abandonen los diálogos que se celebran en Viena (capital austriaca) para renovar el acuerdo nuclear suscrito en 2015 entre Irán y el G5+1 —integrado entonces por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania— de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés).
Conforme a los representantes israelíes citados por el rotativo, el Occidente debe salir de dichas conversaciones, ya que “cualquier otra acción envía un fuerte mensaje de debilidad”.
“Irán rechazó la oferta y ha llegado el momento de levantarse y marcharse”, afirmó un alto funcionario, después de sostener que esta oferta se estableció para “tomarla o dejarla”.
Ante tal coyuntura, agregó la fuente, “Israel, como todo el mundo sabe, no está obligado por nada y hará lo que sea necesario para detener un Irán nuclear”.
El periódico israelí también indicó que Lapid habría transmitido este mensaje al canciller alemán, Olaf Scholz; al embajador de EE.UU. en los territorios ocupados por Israel, Tom Nides; y al presidente del Subcomité del Congreso norteamericano sobre Asia Occidental, Ted Deutch.
Desesperado ante la postura firme de Irán en Viena, Israel se esfuerza a máximo por influir en los diálogos ya sea mediante acusaciones o presiones al Occidente.
Para llegar a este objetivo, el régimen de Tel Aviv acusa a Irán de extorsión nuclear, mientras tiene una larga historia en este campo y el mundo es muy consciente de que ha obtenido miles de millones de dólares en armas, arsenal nuclear y subvenciones de EE.UU. y otros países bajo el pretexto del antisemitismo y el programa nuclear de Irán.
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