“La prioridad de nuestra nación es poner fin a los bombardeos y al asedio de Yemen para generar un ámbito seguro y tranquilo para las conversaciones. No se podrá, de ninguna manera, dialogar y hablar [de la guerra] mientras sigan los ataques y el cerco”, ha señalado este martes Muhamad Abdel Salam, un portavoz de Ansarolá.
En declaraciones recogidas por la cadena local de televisión satelital Al Masirah, el también alto negociador del movimiento yemení ha recordado que “las experiencias del pasado son una evidencia de que cualquier diálogo bajo el asedio y el fuego está destinado al fracaso”.
Deja claro, asimismo, que el pueblo yemení no se puede permitir aceptar algo que ya ha fracasado en el pasado, ha añadido.
Abdel Salam se ha referido, asimismo, a los incesantes bombardeos saudíes contra distintas partes del país más pobre del mundo árabe: ataques que, de hecho, violan su propio armisticio.
Riad anunció el jueves pasado un alto el fuego para apoyar los esfuerzos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) encaminados a acabar con este conflicto que dura ya más de cinco años y evitar, además, una mayor propagación del nuevo coronavirus (COVID-19) en este país devastado por la guerra. Desde entonces, los saudíes han llevado a cabo decenas de bombardeos contra objetivos de Ansarolá en el norte, centro y el oeste de Yemen, y han enviado gran cantidad de equipo bélico a este país.
Desde un principio, los responsables de Ansarolá desconfiaron de las intenciones de los saudíes y advirtieron de que el anuncio era un ardid del reino árabe para fortalecer su postura internacional.
Arabia Saudí, en marzo de 2015, dio inicio a una guerra contra su vecino del sur, que hasta el momento ha provocado al menos 100 000 muertos, según datos oficiales yemeníes. La ONU estima que más de 24 millones de personas en Yemen necesitan urgentemente ayuda humanitaria, incluidos unos 10 millones que ya rozan la hambruna, y la causa principal es el asedio aéreo y naval saudí.
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