Según la información proporcionada por la agencia siria oficial de noticias, SANA, se han producido este domingo múltiples explosiones dentro de la base militar de Al-Tanf en la frontera con Jordania e Irak, donde están desplegados 200 militares norteamericanos.
Todavía no hay reportes sobre los daños provocados o posibles víctimas del incidente y ningún grupo ha reivindicado la autoría de los hechos.
En 2014, Estados Unidos ocupó la aludida base militar, bajo el pretexto de luchar contra el grupo terrorista Daesh, mientras que Damasco denuncia que tomó la instalación como punto estratégico para apoyar a los terroristas que luchan contra el Ejército sirio.
Es más, altos mandos estadounidenses reunieron a miembros de las bandas terroristas desde diferentes áreas en Al-Tanf para usarlos en ataques contra las posiciones del Ejército de Siria, centros de población e infraestructuras vitales en dicho territorio.
Estados Unidos mantiene tropas en Siria contra la voluntad de esta nación, en una gran parte en la base Al-Tanf y los campos petroleros de las zonas orientales. El periódico estadounidense Politico aseguró en julio que el país norteamericano no tiene planes para retirar sus fuerzas de Siria con el fin de mantener su respaldo a las milicias aliadas en el país árabe.
Ante tal coyuntura, el Gobierno de Damasco, presidido por Bashar al-Asad, ha avisado a Washington que, una vez erradicados los terroristas de su último feudo —la provincia noroccidental de Idlib—, el Ejército sirio se dedicará a expulsar a todas las fuerzas ocupantes, incluidas las estadounidenses.
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