Según informó el sábado la agencia siria oficial de noticias, SANA, al menos 50 vehículos y camiones estadounidenses habían entrado en Siria desde Irak a través del cruce fronterizo de Al-Walid.
El convoy militar se dirigió a la provincia nororiental de Al-Hasaka —rica en recursos petroleros—, donde EE.UU. ha establecido varias bases militares, agregó el medio, citando a varias fuentes locales que hablaron bajo condición de anonimato.
Vehículos cargados con refuerzos militares y logísticos, así como camiones cisterna para transportar el petróleo sirio a las bases ilegales de las tropas estadounidense en dicha zona conformaban el convoy.
A pesar del rechazo del Gobierno y el pueblo sirios a la ilegal presencia de EE.UU. en su país, en los últimos meses, Washington ha concentrado sus tropas y bases militares en el este y el noreste del país árabe, con la excusa de “proteger” los pozos de petróleo de los grupos terroristas.
No obstante, el Gobierno de Siria, presidido por Bashar al-Asad, denuncia que las tropas estadounidenses trasladan miles de camiones llenos de armas y equipos bélicos al norte del territorio sirio para reforzar su presencia militar en dicha zona y continuar saqueando los recursos naturales.
Entretanto, en un artículo publicado recientemente por el portal estadounidense Military.com se destaca la cohesión de las unidades militares sirias en confrontar la presencia de las tropas estadounidenses, con acciones como obstaculizar el paso de convoyes de las fuerzas ocupantes y, por ello, alerta que la prolongación del despliegue de EE.UU. en Siria segará la vida de más soldados norteamericanos.
El miércoles, una base estadounidense en la provincia de Deir Ezzor, en el este de Siria, fue blanco de un ataque con cohetes, mientras que no hubo informes inmediatos sobre el origen del asalto ni las posibles víctimas o los daños materiales.
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